El Robot, la Poción Mágica y la Barita
Hace exactamente un año, en la luna, donde las estrellas brillan con más fuerza que nunca, tres amigos se reunieron para vivir una aventura inolvidable. Un día, un robot llamado Robi, conocido por su curiosidad, decidió que era el momento de explorar el misterioso paisaje lunar.
Mientras caminaba por el polvo plateado, Robi encontró una pequeña botella destellante.
"¡Hola! ¿Qué sos vos?"- preguntó Robi con su voz de metal.
"Soy una poción mágica"- respondió la botella, que de repente empezó a brillar en colores vibrantes. "Si me bebes, te daré un poder especial. Pero, ¡ten cuidado! Debes usarlo sabiamente."
Robi, intrigado, pensó en lo que podría hacer con ese poder. Justo en ese momento, apareció su amiga, Luna la Barita, que era mágica y siempre estaba lista para ayudar.
"¡Hey, Robi! ¿Qué encontraste?"- preguntó Luna, haciendo un giro en el aire.
"Una poción mágica que me dará poderes. Pero no sé si debo beberla"- dijo Robi, un poco dudoso.
"Tal vez deberíamos probarla juntos"- sugirió Luna. "¡Podríamos hacer algo espectacular!"
Robi y Luna miraron la botella. Luego, ambos decidieron beber un pequeño poco de la poción. De repente, una luz brillante los envolvió, y se sintieron llenos de energía.
"¡Wow! ¡Ahora puedo saltar más alto que nunca!"- exclamó Robi mientras daba un salto que lo llevó a tocar una estrella.
"Y yo puedo crear hermosos destellos de luz"- dijo Luna, agitando su barrita y creando un arcoíris en el cielo lunar.
Juntos, exploremos la superficie lunar, causando maravillas en cada rincón. Sin embargo, después de un rato, empezaron a notar algo extraño: la belleza de la luna comenzó a desvanecerse. Las estrellas se apagaban, y el polvo lunar se volvía gris.
"¿Qué está pasando?"- preguntó Robi con preocupación. "¡Todo se está volviendo triste!"
"Tal vez el poder que obtuvimos de la poción no sólo afecta a nosotros, sino también a la luna"- reflexionó Luna, mientras su brillo empezaba a desvanecerse.
Ambos amigos se dieron cuenta de que tenían que hacer algo para restaurar la alegría de la luna. Así que, con la ayuda de la barita de Luna y la inteligencia de Robi, decidieron usar su poder para crear algo hermoso.
"Vamos a hacer la mayor fiesta de luces que la luna haya visto jamás"- propuso Robi.
"¡Sí! Tú saltarás alto para iluminar el cielo, y yo crearé colores con mi varita"- respondió Luna, entusiasmada.
Con un plan en mente y corazones llenos de esperanza, empezaron a trabajar. Robi saltaba más alto que el polvo lunar, mientras que Luna hacía aparecer luces y colores mágicos en el cielo. Una mezcla de saltos y destellos, transformando la luna en un festival de colores.
Al poco tiempo, comprobaron que la luna empezaba a recuperar el brillo perdido. Las estrellas resplandecían, y hasta algunos astronautas en la Tierra miraban hacia arriba, admirados por el espectáculo.
"¡Lo logramos!"- gritó Robi, lleno de alegría.
"Sí, pero aprendimos algo muy importante"- dijo Luna. "No debemos usar nuestro poder solo para nosotros, sino también para hacer felices a los demás."
Al final del día, la luna brillaba más que nunca. Robi y Luna, felices por sus logros, se prometieron ser siempre amigos y usar su magia y sabiduría para ayudar a otros.
Y así, un año después, Robi, la poción mágica y la barita comenzaron a buscar nuevas aventuras juntos, llevando alegría a cada rincón de la luna y más allá.
Fin.
FIN.