El rugido del tigre y la cascada secreta



Había una vez un grupo de amigos que estaban emocionados porque iban a pasar un día en la selva. Se llamaban Martina, Juan, Sofía y Tomás.

Habían planeado este paseo durante semanas y por fin llegó el día esperado. -¡Qué emoción! ¡Vamos a ver animales salvajes y explorar la selva juntos! -exclamó Martina con entusiasmo.

Los cuatro amigos se adentraron en la espesura del bosque, maravillados por la exuberante vegetación y los sonidos de la naturaleza que los rodeaban. Pronto se encontraron con un río cristalino y decidieron seguirlo para ver a dónde los llevaba. -¡Miren ese mono travieso allá arriba en los árboles! -gritó Juan señalando hacia lo alto.

De repente, escucharon un rugido profundo que resonaba en toda la selva. Todos se miraron asustados, preguntándose qué podía ser ese ruido tan fuerte. -¿Qué creen que sea? -preguntó Sofía con temor en sus ojos.

-Solo hay una forma de averiguarlo: seguir el sonido del rugido -dijo valientemente Tomás, liderando al grupo hacia donde parecía provenir el misterioso sonido.

Después de caminar un buen trecho, llegaron a una clareta donde vieron algo inesperado: un tigre majestuoso estaba parado frente a ellos, observándolos con curiosidad pero sin mostrar agresividad. -¡Es hermoso! Pero debemos tener cuidado, es un animal salvaje después de todo -advirtió Martina mientras mantenía su distancia respetuosa.

El tigre comenzó a moverse lentamente alrededor del grupo de amigos, como si los estuviera guiando hacia algún lugar específico. Intrigados por su comportamiento amistoso, decidieron seguirlo con precaución. Finalmente, el tigre los condujo hasta una cascada escondida en lo más profundo del bosque. El agua caía con fuerza formando arcoíris brillantes bajo el sol resplandeciente.

Era un espectáculo impresionante que dejó sin palabras a todos los amigos. -¡Nunca hubiéramos encontrado esto si no fuera por nuestro amigo tigre! Gracias por mostrarnos este increíble lugar secreto -agradeció Juan acercándose al felino con respeto y cariño.

El tigre les dedicó una última mirada antes de desaparecer entre las sombras del bosque. Los cuatro amigos se quedaron admirando la cascada y reflexionando sobre la importancia de respetar y cuidar la naturaleza que los rodeaba.

Así terminó su aventura en la selva, llena de sorpresas inesperadas y lecciones aprendidas gracias a su amigo inesperado.

Desde ese día en adelante, prometieron siempre explorar juntos pero siempre recordando que debían ser respetuosos con todas las criaturas salvajes que compartían su hogar natural.

FIN.

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