El Sabio Árbol de Bella Vista



En un hermoso bosque llamado Bella Vista, un grupo de niños jugaba alegremente bajo la sombra de los altos árboles. Corrían, reían y exploraban cada rincón, pero de repente, se dieron cuenta de que se habían perdido.

Desorientados y preocupados, comenzaron a buscar el camino de regreso, pero entre más avanzaban, más confundidos se sentían. Fue entonces cuando divisaron un árbol muy viejo y sabio, de ramas retorcidas y hojas arrugadas, que parecía observarlos con bondad.

"¡Hola, niños perdidos! Veo en sus rostros la confusión y el desespero. Soy el Sabio Árbol de Bella Vista, he vivido muchos años en este bosque y he presenciado cómo los seres vivos encuentran soluciones a sus problemas.

Contadme, ¿cómo os habéis extraviado?'', les dijo el árbol con voz profunda. Los niños, asombrados de que un árbol les hablara, le contaron su situación.

El Sabio Árbol escuchó atentamente y, después de reflexionar un momento, les dijo: "Lo primero que debéis hacer es mantener la calma. Ahora, tratad de recordar por dónde habéis pasado y tratad de identificar algún punto de referencia", aconsejó el árbol.

Los niños se esforzaron por recordar y, con la orientación del árbol, lograron identificar ciertos árboles y piedras que habían visto en su travesía. "¡Muy bien! Ahora, mirad a vuestro alrededor y tratad de pensar en qué dirección creéis que está la salida", sugirió el Sabio Árbol.

Los niños se pusieron a discutir animadamente sobre la dirección correcta, y con la guía del árbol, finalmente decidieron el camino a seguir. Con determinación, emprendieron la marcha.

Durante el camino, el árbol les enseñó a observar detalladamente el entorno, a trabajar en equipo y a usar su ingenio para sortear los obstáculos. Finalmente, después de un arduo esfuerzo, llegaron a la salida del bosque. Los niños saltaron de alegría y agradecieron al Sabio Árbol por su sabiduría y ayuda.

Con una sonrisa, el árbol les recordó: "Nunca subestiméis el poder de vuestra mente y la importancia de mantener la calma en situaciones difíciles. Recordad que el conocimiento y la colaboración son vuestras herramientas más valiosas". Los niños asintieron con gratitud y prometieron recordar siempre las lecciones aprendidas.

A partir de ese día, el bosque Bella Vista se convirtió en un lugar especial donde los niños, inspirados por el Sabio Árbol, aprendieron a usar su mente de manera más astuta y creativa, fortaleciendo su confianza en sí mismos.

FIN.

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