El sabio búho y el curioso conejo
Era una hermosa mañana en el Bosque de los Conocimientos. Los árboles estaban llenos de vida y los pájaros cantaban alegremente. En una rama alta, un búho sabio llamado Hugo veía cómo los animales del bosque se preparaban para un nuevo día.
Mientras tanto, un conejito llamado Ramiro saltaba por el bosque, divertido y curioso, buscando algo nuevo que hacer. En su camino, se encontró con un gran árbol donde Hugo estaba posado.
"¡Hola, buen día!" - saludó Ramiro, moviendo sus orejas emocionado. "¿Qué haces ahí tan alto?"
"¡Hola, Ramiro!" - respondió Hugo con voz suave y pausada. "Estoy observando el mundo desde aquí. Me gusta aprender y compartir lo que sé con los demás."
"¿Aprender?" - dijo Ramiro, curioso. "¿Qué es eso? Yo solo salto y juego todo el día."
Hugo sonrió. "Aprender es como despertar la mente, Ramiro. Te permite entender el mundo, y además, hay cosas muy interesantes, como el bachillerato en tecnología, administración y gestión empresarial."
"Bachillerato, ¿qué es eso?" - preguntó Ramiro, moviendo su cola. "Parece aburrido."
"No es aburrido en absoluto", - respondió el búho. "Es un camino que te ayuda a entender cómo funcionan las cosas, cómo administrar tus proyectos y cómo utilizar la tecnología para hacer tu vida más fácil. Imagine tener su propia empresa de zanahorias muy pronto."
Ramiro, emocionado, preguntó: "¿¿Yo? ? ¿Tener una empresa? ? Pero, ¿cómo hago eso?"
"Primero, necesitas aprender. En el bachillerato, te enseñan a planificar, a organizar y a resolver problemas. Esto hará que, si tienes una idea, ¡puedas llevarla a cabo! También te ayudaría a entender cómo manejar el dinero y hacer que tu sueño crezca."
El conejito empezó a imaginarse - un negocio propio vendiendo las zanahorias más frescas y deliciosas del bosque, ¡eso sonaba genial! Pero una duda lo invadía. "¿Y si no soy lo suficientemente bueno?"
"Escucha, Ramiro" - continuó con paciencia Hugo. "Lo importante no es saberlo todo desde el principio. A veces, sólo hay que dar el primer paso y estar dispuesto a aprender. Cuando fallas, aprendes más de tus errores. Cada intento es una oportunidad de crecer."
Sus ojos brillaron con cada palabra que decía el búho, pero de repente, algo se movió entre los arbustos. Un grupo de zorros apareció saltando y haciendo ruido.
Ramiro se asustó y dijo: "¡Los zorros! ¿Y si vienen hacia nosotros?"
"No te preocupes, Ramiro" - dijo Hugo, con su voz calmada. "La curiosidad siempre trae un poco de miedo, pero a veces hay que enfrentarlo para crecer. ¿Qué quieres hacer?"
El conejito dudó, pero recordó los consejos de Hugo. "Quiero aprender y crear mi negocio de zanahorias," - contestó, decidido. "Haré lo que sea necesario para lograrlo."
Hugo aplaudió con sus alas. "Ese es el espíritu. A veces, ser valiente significa encontrar maneras de sortear los obstáculos. Si te caes, levántate. Si te asustas, respira profundo y sigue adelante. Imagina todos los animales del bosque disfrutando de tus zanahorias. ¡Eso vale la pena!"
Después de un rato, los zorros se fueron y Ramiro, con el corazón lleno de valentía, miró hacia arriba. "Gracias, Hugo. Me hiciste ver que estudiar es importante. Tal vez, el próximo año empiece a pensar en inscribirme en ese bachillerato del que hablabas."
Hugo sonrió. "Eso es, amigo. Hay que salir de la zona de confort, ¡el mundo está lleno de oportunidades!"
Desde ese día, Ramiro saltó con un nuevo propósito. Comenzó a buscar libros sobre administración y tecnología, y cada vez que se sentía desanimado, recordaba las palabras sabias de Hugo. Su amistad se volvió fuerte, y juntos, exploraron el bosque, aprendiendo el uno del otro.
Con el tiempo, Ramiro se convirtió en el conejito más sabio del bosque, y su pequeño negocio de zanahorias fue un éxito. Todos lo admiraban no solo por sus deliciosas zanahorias, sino también por su valeroso espíritu emprendedor. Y siempre volvía a visitar a Hugo, para aprender nuevas cosas y compartir historias.
Y así, el búho y el conejo nos enseñaron que cada uno, sin importar su tamaño, puede alcanzar sus sueños aprendiendo y siendo valiente. ¡Nunca dejes de explorar y aprender!
FIN.