El Sabio del Bosque
Rafa y sus amigos se reunieron en el parque para jugar a la pelota como lo hacían todos los sábados. Peco, Evangelina, Emilia y Marcos estaban muy contentos de estar juntos y disfrutar del día.
- ¡Vamos chicos! -exclamó Rafa-. Hoy vamos a jugar un partido increíble. - ¡Sí! -gritaron los demás al unísono. Comenzaron a calentar y luego eligieron a los equipos.
Rafa, Peco y Marcos formaron uno, mientras que Evangelina y Emilia se unieron al otro. El juego comenzó con mucha energía, todos corrían detrás de la pelota con muchas ganas. - ¡Vamos chicas! -gritó Evangelina-. Tenemos que ganarles a estos chicos.
Pero el equipo de Rafa no iba a dejar que eso sucediera tan fácilmente. Peco demostraba una gran habilidad en el campo, pasando la pelota con precisión y marcando goles impresionantes. Marcos también estaba haciendo un buen trabajo defendiendo su portería.
El partido continuó muy parejo hasta que ocurrió algo inesperado: la pelota salió del campo hacia una zona boscosa cercana. Los niños fueron corriendo detrás de ella sin darse cuenta de que se habían alejado mucho del área donde jugaban antes.
- Chicos, ¿dónde estamos? -preguntó Emilia preocupada-. No reconozco este lugar. Rafa miró alrededor tratando de encontrar algún punto familiar pero todo parecía igual. De repente escucharon un ruido extraño en el fondo del bosque. - ¿Qué es eso? -preguntó Peco asustado.
- No lo sé, pero debemos investigar -respondió Rafa valientemente. Los niños se adentraron en el bosque y encontraron una pequeña cabaña donde vivía un anciano solitario.
Él les contó que había vivido allí toda su vida y que conocía cada rincón del bosque como la palma de su mano. Los niños escuchaban atentamente, fascinados por las historias del anciano. - ¿Quieren que los lleve de regreso al parque? -preguntó el anciano amablemente.
Los niños asintieron con entusiasmo y agradecidos aceptaron la ayuda del anciano para encontrar su camino de regreso al parque. Al llegar, todos estaban felices por haber tenido esta gran aventura juntos. - Hoy aprendimos algo importante -dijo Rafa-.
A veces podemos encontrarnos en situaciones difíciles, pero si trabajamos juntos y no perdemos la esperanza, siempre podremos encontrar una salida positiva. Los demás asintieron emocionados mientras se despedían prometiendo volver a jugar pronto.
Esta aventura había sido un recordatorio de lo importante que es tener amigos verdaderos y trabajar juntos para superar cualquier obstáculo.
FIN.