El sabotaje en Villademocracia
Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo llamado —"Villademocracia" , vivía una comunidad feliz y unida. Durante muchos años, el pueblo había sido gobernado por un rey cruel y egoísta que no se preocupaba por las necesidades de su gente.
Un día, los habitantes del pueblo decidieron que ya era suficiente y se levantaron en protesta contra el rey. Después de muchas luchas y sacrificios, finalmente lograron derrocar al tirano y establecer una democracia.
Desde entonces, cada cuatro años, los ciudadanos elegían a sus líderes mediante elecciones libres y justas. El pueblo prosperó bajo la nueva forma de gobierno, y todos trabajaban juntos para crear un lugar mejor para vivir.
Un día, llegó al pueblo una niña llamada Ana. Ella venía de otra parte del país donde aún no habían experimentado la democracia. Ana estaba confundida sobre cómo funcionaba todo esto de votar e involucrarse en la política.
"¿Por qué tenemos que votar?", preguntó Ana a su nuevo amigo Juanito. "Porque así podemos elegir quién nos va a representar en el gobierno", respondió Juanito con entusiasmo. Ana comenzó a entender poco a poco cómo funcionaba la democracia gracias a los amigos que hizo en Villademocracia.
Sin embargo, pronto descubrieron que algo extraño estaba sucediendo en las elecciones próximas: alguien estaba tratando de sabotearlas. Los niños decidieron investigar lo que estaba pasando mientras aprendían más sobre el proceso electoral.
Descubrieron que un grupo de personas malvadas planeaban robar las urnas durante las elecciones para manipular los resultados a su favor. "¡Tenemos que hacer algo para detenerlos!", dijo Ana con determinación. Los niños trabajaron juntos para encontrar una solución.
Finalmente, idearon un plan para vigilar las urnas y evitar que fueran robadas. Durante las elecciones, los niños estuvieron alerta y vigilantes, asegurándose de que todo se llevara a cabo en forma justa.
Al final del día, los resultados fueron anunciados y el pueblo estaba feliz de haber elegido a sus líderes libremente. Los niños también se sintieron orgullosos de haber ayudado a proteger el proceso democrático.
Desde entonces, Ana entendió la importancia de involucrarse en la política y votar en cada elección. Ella seguía aprendiendo más sobre la democracia mientras crecía en Villademocracia, donde todos trabajaban juntos para mantener viva la libertad y prosperidad del pueblo.
Y así fue como 40 años después de establecerse la democracia en Villademocracia, sus ciudadanos seguían luchando por mantenerla viva gracias al compromiso y participación activa de todos sus habitantes.
FIN.