El Salto de la Amistad


Había una vez una niña llamada Alma, a quien le apasionaban los deportes y las acrobacias. Desde muy pequeña, siempre estaba saltando y corriendo por todos lados, mostrando su habilidad para los movimientos más audaces.

Además de ser muy talentosa en el gimnasio de su escuela, Alma también tenía muchos amigos que compartían su amor por la actividad física.

Un día, mientras practicaba sus acrobacias en el parque con sus amigos Juanito y Sofía, se encontraron con un cartel que anunciaba un gran evento de gimnasia en la ciudad. El cartel decía que habría una competencia donde participarían los mejores gimnastas del país. Alma no podía contener su emoción al leerlo.

"¡Chicos! Tenemos que participar en esta competencia", exclamó Alma emocionada. Juanito y Sofía miraron el cartel con asombro y luego sonrieron. "¡Claro que sí! Será genial mostrar nuestras habilidades ante todo el mundo", respondió Juanito entusiasmado. Sofía asintió emocionada. "Será un desafío increíble".

Los tres amigos comenzaron a entrenar aún más duro para prepararse para la competencia. Pasaban horas practicando sus rutinas y perfeccionando cada movimiento. A medida que se acercaba la fecha del evento, Alma comenzó a sentir nerviosismo mezclado con emoción.

Finalmente llegó el día de la competencia. El lugar estaba lleno de gente ansiosa por ver las actuaciones de los jóvenes atletas.

Alma vio cómo otros gimnastas realizaban impresionantes piruetas y saltos, lo cual aumentó sus nervios aún más. Cuando llegó el turno de Alma, Juanito y Sofía, ellos se miraron y se dieron ánimos mutuamente. Subieron al escenario con confianza y comenzaron su rutina. Saltaban, giraban y realizaban acrobacias que dejaban a todos boquiabiertos.

La audiencia estaba asombrada por la destreza de los tres amigos. Sin embargo, en medio de su actuación, Alma tropezó y cayó al suelo.

El público contuvo la respiración mientras ella se levantaba rápidamente y continuaba su rutina sin perder el ritmo. Al finalizar su presentación, los aplausos llenaron el lugar. Aunque Alma había cometido un pequeño error, demostró una gran determinación al no rendirse y seguir adelante.

El jurado anunció los resultados y para sorpresa de todos, Alma ganó el primer lugar en la competencia. Sus amigos Juanito y Sofía también recibieron reconocimientos por sus increíbles actuaciones.

Alma aprendió una valiosa lección ese día: los errores no definen a una persona; lo importante es levantarse después de caer e intentarlo nuevamente con más fuerza. Además, descubrió que tener amigos que te apoyen en cada paso del camino hace todo mucho mejor.

Desde aquel día en adelante, Alma siguió practicando deportes y acrobacias con pasión mientras disfrutaba del amor incondicional de sus amigos. Juntos demostraron que nunca hay que rendirse ante los desafíos y siempre hay algo nuevo por aprender en cada caída o victoria.

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