El salto de la medalla



Lucas era un niño que odiaba la educación física. Cada vez que llegaba el día de la clase, se ponía triste y desanimado. Él prefería estar leyendo un libro o jugando videojuegos en su casa.

Un día, en la escuela, la maestra de educación física les presentó una nueva actividad: parkour. Lucas no tenía idea de lo que era eso, pero no le interesaba en absoluto. "No quiero hacer eso", dijo Lucas con voz aburrida.

"Lucas, es importante que pruebes cosas nuevas y salgas de tu zona de confort", respondió la maestra con una sonrisa amable. A regañadientes, Lucas se unió al grupo para aprender parkour.

Al principio fue difícil y se tropezó varias veces. Pero conforme iba practicando, comenzó a sentirse más cómodo y confiado.

Un día, mientras practicaban saltos y acrobacias en el parque cercano a la escuela, Lucas descubrió algo increíble: ¡le encantaba hacer parkour! Se sentía libre y emocionado al moverse por los obstáculos del parque. "¡Esto es genial!", exclamó Lucas mientras saltaba sobre una baranda metálica. Desde ese momento en adelante, Lucas esperaba ansioso cada clase de educación física para poder seguir practicando parkour.

Incluso comenzó a entrenar fuera del horario escolar para mejorar sus habilidades. Pero pronto se enfrentaría a un nuevo desafío. La competencia anual inter-escolar estaba por llegar y todos los estudiantes debían participar en diferentes disciplinas deportivas.

La maestra anunció que Lucas representaría a su escuela en la categoría de parkour. Lucas estaba emocionado, pero también un poco nervioso. Nunca antes había competido en nada y no sabía cómo le iría.

Pero se preparó duro y practicó mucho para estar listo. Finalmente llegó el día de la competencia. Lucas estaba nervioso, pero también emocionado por mostrar todo lo que había aprendido en las clases de parkour.

Cuando llegó su turno, se concentró y dio lo mejor de sí mismo. Para sorpresa de todos, Lucas ganó la medalla de oro en su categoría. Se sintió muy orgulloso y feliz por haber logrado algo tan importante para él.

Desde ese día, Lucas se convirtió en un apasionado del deporte y siguió practicando parkour durante muchos años más. Aprendió que probar cosas nuevas puede llevarnos a descubrir pasiones inesperadas y nos ayuda a crecer como personas.

Y así termina nuestra historia sobre cómo alguien que no quería hacer educación física encontró una actividad deportiva que le encantaba.

FIN.

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