El sándwich mágico de Mateo



Había una vez un mago llamado Mateo que vivía en lo más profundo del bosque. A pesar de ser un mago, su mayor pasión era la cocina.

Pasaba horas y horas experimentando con diferentes ingredientes para crear platos mágicos y deliciosos.

Un día, mientras paseaba por el bosque, se le ocurrió una idea brillante: ¡crear un sándwich de helado! Pero no cualquier sándwich de helado, sino uno mágico que pudiera cambiar de sabor cada vez que alguien diera un mordisco. Mateo sabía que esto sería todo un desafío, pero no se dejó intimidar. Se puso manos a la obra y comenzó a mezclar ingredientes en su caldero mágico.

Agregó dulce de leche para darle ese toque argentino tan especial, luego añadió fresas frescas y trocitos de chocolate. Después de mucho batir y revolver, finalmente obtuvo una masa suave y cremosa.

Con habilidad, extendió la masa sobre una bandeja y la colocó en el congelador durante unas horas hasta que estuviera bien firme. Cuando llegó el momento de probarlo, Mateo estaba muy emocionado. Cortó dos rebanadas gruesas del helado-sándwich y dio un pequeño sorbo a uno de los extremos.

Para su asombro, el sabor cambió instantáneamente a vainilla. -¡Increíble! -exclamó Mateo-. ¡Funciona! Emocionado por su creación exitosa, decidió compartir este maravilloso descubrimiento con los habitantes del pueblo cercano al bosque.

Empacó cuidadosamente los sándwiches de helado en una canasta y se dirigió hacia el pueblo. Al llegar, Mateo se encontró con un grupo de niños jugando en la plaza. Se acercó a ellos y les ofreció probar su creación mágica.

-¡Hola, chicos! ¿Les gustaría probar mi sándwich de helado mágico? Los ojos de los niños se iluminaron de emoción. Uno por uno, tomaron un bocado del sándwich y quedaron maravillados al descubrir que el sabor cambiaba cada vez que lo probaban. -¡Está riquísimo! -exclamaron todos al unísono.

Mateo sonrió orgulloso y les explicó cómo había creado aquel sándwich tan especial. Les contó sobre su pasión por la cocina y cómo había experimentado hasta lograr esa receta única. -Recuerden, chicos, que siempre es importante seguir nuestros sueños y nunca rendirse.

Siempre hay algo nuevo por descubrir si nos atrevemos a ser creativos e innovadores. Los niños asintieron con entusiasmo mientras saboreaban sus sándwiches mágicos.

A partir de ese día, Mateo se convirtió en el mago chef favorito del pueblo. Los habitantes siempre esperaban ansiosos sus nuevas creaciones culinarias llenas de magia y diversión.

Y así, gracias al ingenio y la imaginación del mago Mateo, todos aprendieron la importancia de perseguir sus sueños y disfrutar del arte culinario con alegría y creatividad. Fin

FIN.

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