El sapito Antonia y las rosas



En un hermoso jardín de la ciudad de Buenos Aires, vivía un sapito llamado Antonia. Antonia era diferente a los demás sapos, ya que en lugar de comer moscas, su comida favorita era la chirimoya.

Le encantaba sentir su sabor dulce y suave textura. Sin embargo, Antonia odiaba las rosas que crecían en el jardín. Siempre se quejaba de que sus espinas eran peligrosas y que sus pétalos pinchaban.

Un día, cansado de tropezar con las rosas, Antonia decidió hacer algo al respecto. "¡Estas rosas son terribles! Siempre me pinchan y me hacen llorar", se quejó Antonia. Los otros animales del jardín intentaron consolarlo, pero Antonia estaba decidido a solucionar el problema.

Decidió acercarse a las rosas y les habló con amabilidad. "Hola, rosas. Estoy cansado de que me pinchen. ¿Podríamos encontrar una manera de vivir juntos en armonía?", les preguntó. Las rosas, sorprendidas por la actitud de Antonia, comenzaron a reflexionar.

Finalmente, acordaron no extender sus espinas cuando Antonia pasara cerca. Antonia, emocionado, les prometió cuidarlas y agradeció su comprensión. A partir de ese día, las rosas y Antonia vivieron en armonía en el jardín.

Antonia aprendió que, a veces, es mejor intentar resolver los problemas con amabilidad y comprensión en lugar de enfrentarlos con enojo. También descubrió que, a pesar de las diferencias, todos los seres vivos pueden convivir pacíficamente si se esfuerzan por entenderse mutuamente.

FIN.

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