El Sapo de Color Azul



En un reino alejado, en medio de un hermoso valle, vivía un sapo llamado Tilo. Pero no era un sapo común y corriente, ¡no! Tilo tenía un color azul brillante que lo hacía destacar entre todos los demás sapos del estanque. Los sapos del reino eran verdes, marrones y de otros tonos terrosos. Pero Tilo era diferente, y eso no le gustaba a los demás sapos.

El rey Sapo, que gobernaba el estanque, se veía obligado a hacer cumplir las normas del reino. Una de esas normas era que todos los sapos debían ser de un solo color.

"¡Sapo Tilo!" - gritó el rey un día "Tu color azul no es aceptable en este reino. Debes cambiarlo o marcharte."

Tilo, triste y desanimado, decidió irse del reino. Al salir, pensó en lo injusto que era ser rechazado por ser diferente. Sin embargo, mientras se aventuraba por el bosque, encontró un lugar mágico lleno de colores y criaturas maravillosas.

"¿Dónde estoy?" - se preguntó Tilo, maravillado por lo que veía. Había mariposas de colores brillantes, flores que cantaban al viento y hasta un río que reflejaba el arcoíris.

Allí conoció a una tortuga llamada Amara que le sonrió y le dijo:

"¡Hola, sapo azul! Aquí no importa el color; lo que importa es cómo eres por dentro."

"¿De verdad?" - preguntó Tilo con curiosidad.

"Claro que sí. Aquí todos somos únicos y especiales de nuestra propia manera. ¡Ven, únete a nosotros!" - le invitó Amara.

Tilo se unió al grupo y comenzó a explorar el lugar mágico. Conoció a un loro que cantaba, a un pez que bailaba en el agua y a un conejo que nunca paraba de reír. Todos eran diferentes, pero se llevaban muy bien. Juntos jugaban y compartían historias de sus propias aventuras.

Un día, mientras estaban jugando, escucharon un gran estruendo.

"¡Ayuda!" - gritó una voz entre los árboles. Todos corrieron hacia el sonido y vieron a un grupo de sapos comunes atrapados en un arbusto espinoso.

"¡No puedo salir! Estoy muy asustado!" - decía uno de los sapos que solía burlarse de Tilo.

La tortuga Amara miró a Tilo y le dijo:

"Tú eres el único que puede ayudar. Eres ágil y ligero. ¿Puedes ir a ayudarles?"

Tilo dudó un momento. ¿Ayudar a los que alguna vez lo habían rechazado? Pero recordó cómo lo aceptaron en ese lugar mágico por ser quien era y decidió actuar.

"¡Claro! Voy a ayudarles" - gritó Tilo, saltando ágilmente entre los espinos y utilizando sus habilidades para liberar a los sapos atrapados. Cuando los sapos fueron liberados, todos se sorprendieron de lo que Tilo había hecho.

"¡Gracias, Tilo!" - dijo uno de los sapos, con lágrimas en los ojos. "Nunca pensé que un sapo azul podría ser tan valiente."

A partir de ese día, el grupo de sapos comunes cambió su perspectiva sobre Tilo. Finalmente se dieron cuenta de que ser diferente no era algo malo, ¡sino algo especial! La noticia de la valentía de Tilo se extendió rápidamente y pronto todos los sapos del reino querían conocer al sapo azul.

Cuando Tilo regresó al reino, ya no se sentía triste. Le contó al rey Sapo y a los demás sapos sobre sus aventuras y cómo había dejado atrás el rechazo.

"Ser diferente es algo que debemos celebrar, no rechazar" - dijo Tilo, mirando a todos a los ojos.

El rey Sapo, conmovido, asintió y exclamó:

"Tienes razón, Tilo. Todos somos únicos y eso es lo que hace a nuestro reino especial. Desde hoy, ¡cada sapo podrá ser como desee!"

Así, el reino aprendió a aceptar las diferencias y celebraron una gran fiesta en honor a Tilo, donde todos, sin importar su color, bailaron y se divirtieron juntos. Tilo ya no era solo un sapo azul; era un símbolo de aceptación y amistad.

Y así, en un rinconcito del reino, todos comprendieron que la verdadera belleza reside en ser uno mismo.

Fin.

FIN.

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