El Sapo del Futuro
Era un día soleado en la escuela primaria del barrio, y los alumnos de tercer grado estaban emocionados por el inicio del recreo. Jugaban en el patio, cuando de repente, apareció una luz brillante en el cielo. Todos miraron hacia arriba, asombrados, y vieron descender un pequeño sapo resplandeciente.
Los chicos se acercaron despacio, preguntándose qué sería aquel bicho raro que brillaba como una estrella. Cuando el sapo aterrizó suavemente sobre la tierra, se sacudió un poco, ajustándose a su nuevo entorno.
"¡Hola!" - dijo el sapo, con una voz muy particular que llenaba el aire de energía.
Los niños se quedaron boquiabiertos. Nunca habían visto un sapo que hablara, y mucho menos uno que acababa de llegar del futuro. El sapo, que se llamaba Rolo, explicó: "Vengo del año 3023. ¡En mi tiempo, los sapos también hablan! Y he venido para ayudarles a aprender valor y creatividad para el futuro."
Uno de los chicos, Tomás, preguntó: "¿Cómo vamos a aprender eso con un sapo?"
Rolo sonrió, "¡Con aventuras!" - y con un movimiento de su pata, conjuró un mapa holográfico que brillaba ante ellos. "Si quieren, podemos viajar a un mundo del futuro, donde cada uno de ustedes tendrá que usar su creatividad y valor para solucionar un problema. ¿Qué les parece?"
Los niños se miraron entre ellos, un poco incrédulos pero también emocionados. "¡Sí! ¡Vamos!" - gritaron al unísono.
Rolo cerró los ojos y en un instante, todos estaban en un lugar asombroso. Era un bosque lleno de árboles gigantes y colores vibrantes, donde el aire olía a dulces. Sin embargo, lo que parecían ser un lugar de ensueño pronto reveló un problema: un grupo de pequeños animales estaba atrapado en una trampa hecha de plástico que habían dejado unos picaros del futuro.
"¿Qué hacemos?" - preguntó Sofía, una de las chicas. "No sabemos cómo sacarlos."
Rolo dijo: "¡Aquí es donde entra su creatividad! Necesitan pensar en una solución. Recuerden, si usan sus habilidades únicas, pueden lograrlo. ¿Qué pueden aportar cada uno?"
Los niños comenzaron a discutir ideas. "Podemos usar ramas y hojas para hacer una palanca," - sugirió Lucas, el más aventurero.
"Yo tengo una cuerda de mi mochila, podemos atar algo, ¡usar fuerza!" - agregó Lucía, que siempre tenía buenos planes.
Juntos, combinaron sus ideas y, tras varios intentos y risas, lograron liberar a los pequeños animales. Los animalitos les agradecieron con saltos alegres y Rolo les dijo: "¡Vieron! Es en equipo donde encontramos soluciones. La creatividad y el valor están dentro de cada uno de ustedes. Nunca lo olviden."
De repente, comenzaron a sentir lo que parecía ser una ráfaga de viento, y Rolo les dijo: "Es hora de regresar. ¡Pero recuerden lo que aprendieron! La creatividad, la valentía, y el trabajo en equipo son claves para un futuro mejor."
Un instante después, los chicos estaban de vuelta en su salón de clases, con Rolo mirándolos desde su lugar.
"Recuerden, cada vez que enfrenten un problema, piensen en lo que aprendieron hoy. Un sapo del futuro siempre estará orgulloso de ustedes. ¡Hasta la próxima!" - dijo Rolo mientras se desvanecía en una luz brillante.
Los niños se miraron emocionados, sabiendo que ese día en el que un sapo les visitó les dejaría una enseñanza que llevarían para siempre en sus corazones. Así fue como un simple día de clase se transformó en una aventura inolvidable, donde aprendieron que la creatividad y valor son herramientas poderosas para el futuro.
FIN.