El Sapo Desobediente



En un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, vivía un niño llamado Jorge. Jorge era un niño curioso y aventurero, pero a veces también un poco travieso.

Un día, su mamá le pidió que no saliera al bosque porque había peligros escondidos entre los árboles. "Jorge, por favor, no vayas al bosque hoy. Es peligroso", le dijo su mamá con preocupación. Pero Jorge, desobedeciendo a su mamá, decidió escaparse y adentrarse en el misterioso bosque.

Mientras caminaba entre los árboles y las sombras de la tarde se iban alargando, encontró una flor muy extraña y brillante en medio de un claro. Sin pensarlo dos veces, se acercó para observarla mejor.

La flor empezó a brillar intensamente y de repente emitió destellos de colores que rodearon a Jorge. En cuestión de segundos, ¡pum! , Jorge se convirtió en sapo. Jorge quedó sorprendido al ver sus patas verdes y su piel resbaladiza.

Comenzó a brincar asustado sin entender lo que había pasado. Intentaba hablar pero solo lograba emitir sonidos extraños como "croac croac".

Asustado y arrepentido por haber desobedecido a su mamá, el sapo Jorge decidió regresar a casa arrastrándose con dificultad por el camino del bosque hasta llegar al patio trasero de su casa. Su mamá lo encontró allí sentado junto al estanque mirando tristemente su reflejo en el agua. "¡Jorge! ¿Eres tú?", preguntó su mamá sorprendida al verlo convertido en sapo.

Con lágrimas en los ojos (aunque los sapos no lloran), Jorge intentaba explicarle lo que había ocurrido moviendo sus patas torpemente. Su mamá entendió que aquella transformación era consecuencia de la desobediencia de Jorge y decidió ayudarlo a buscar una solución.

Ambos consultaron libros antiguos y finalmente descubrieron que solo rompiendo el hechizo con un acto desinteresado lleno de amor podrían devolver a Jorge a su forma humana. Juntos idearon un plan para encontrar la manera de revertir el hechizo.

Durante días recorrieron el bosque ayudando a todos los animales necesitados: llevaron comida a los pájaros enfermos, construyeron refugios para los conejos asustados y limpiaron el río donde vivían las ranas amigos del sapo jorge.

Después de tanto esfuerzo y generosidad por parte de ambos, la flor mágica volvió a brillar frente a ellos emitiendo destellos dorados esta vez. Y así, ante sus ojos emocionados, ¡pum! , Jorge recuperó su forma humana nuevamente.

"¡Gracias mama! Aprendí mi lección: nunca más desobedeceré tus consejos", prometió Jorge abrazando fuertemente a su madre quien estaba feliz de tenerlo otra vez junto ella como antes.

Desde ese día, Jorge se convirtió en un niño más responsable y cariñoso gracias a la lección aprendida durante esa increíble aventura llena de magia y amor junto a su valiente mama.

FIN.

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