El Sapo Travieso de Tomás



Érase una vez en un pueblo encantado, un niño travieso llamado Tomás. A pesar de que su mamá siempre le decía qué hacer y cómo comportarse, a él no le gustaba obedecer.

Un día, cansado de las regañinas y los consejos de su mamá, decidió escaparse al bosque para explorar. Tomás correteó entre los árboles y las flores hasta que encontró una flor misteriosa con pétalos brillantes y colores vibrantes.

Sin pensarlo dos veces, se acercó curioso y la tocó. En ese instante, algo increíble sucedió: ¡se transformó en un sapo! Tomás se asustó tanto que saltó hacia el estanque más cercano y se sumergió en el agua.

Al ver que su hijo no regresaba a casa, la mamá de Tomás comenzó a buscarlo por todas partes. Preguntaba a los vecinos, recorría el bosque e incluso consultaba a los animales del lugar, pero nadie sabía dónde estaba el pequeño niño.

Días después, mientras Tomás intentaba acostumbrarse a su nueva forma de sapo, escuchó unos sollozos provenientes del borde del estanque. Era su mamá llorando desconsolada por no encontrar a su hijo.

Entonces, decidido a hacer las cosas bien esta vez, el sapo saltó hacia ella y emitiendo un sonido extraño trató de llamar su atención. "¿Quién está ahí?" -preguntó la mamá con sorpresa al ver al sapito frente a ella.

"¡Soy yo, mamá! ¡Soy Tomás!" -respondió el sapo con voz ronca pero emocionada. La mamá lo observó incrédula por un momento hasta que poco a poco reconoció sus ojos traviesos en aquel pequeño ser verde frente a ella.

"¡Tomás! ¿Eres tú? ¡Qué ha pasado!" -exclamó la mamá abrazando al sapito con cariño. Tomás explicó cómo había llegado a esa situación por desobedecerla y escaparse al bosque sin permiso. Se disculpó sinceramente prometiendo nunca más desobedecerla ni alejarse sin avisar.

La mamá lo abrazó con ternura y le dijo: "A veces debemos aprender las lecciones de la vida de formas inesperadas. Estoy feliz de tenerte de vuelta.

" Con el amoroso abrazo de su madre, algo extraordinario ocurrió: la flor mágica que lo había convertido en sapo emitió una luz brillante y volviendo todo a la normalidad transformando nuevamente a Tomás en humano. Desde ese día, Tomás valoraba cada momento junto a su madre y siempre recordaba la importancia de escucharla y obedecer sus consejos.

Juntos vivieron muchas aventuras pero siempre juntos como una familia feliz donde reina el amor y el respeto mutuo.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!