El Sauce Amigo



Érase una vez, en lo más profundo de un bosque antiguo, se erguía un imponente árbol de roble llamado Viejo Sauce.

El Viejo Sauce era conocido por su sabiduría y su capacidad para ayudar a los seres del bosque con sus problemas. Aunque era un árbol gigante y majestuoso, siempre estaba dispuesto a escuchar y brindar consejos. Un día soleado, mientras los rayos de sol se filtraban entre las hojas del bosque, llegó una pequeña ardilla llamada Nuez.

La ardilla estaba muy preocupada porque había perdido su hogar debido a la caída de un árbol durante una tormenta. Nuez trepó rápidamente por el tronco del Viejo Sauce hasta llegar a una rama donde él descansaba.

"¡Oh sabio Viejo Sauce!", exclamó Nuez angustiada, "he perdido mi hogar y no sé qué hacer". El Viejo Sauce suspiró profundamente y le dijo: "-No te preocupes, querida ardilla.

En este bosque hay muchos lugares seguros donde puedes construir tu nuevo hogar. Te guiaré hacia ellos. "Con gran alivio en su corazón, Nuez siguió al Viejo Sauce mientras recorrían el bosque en busca de un nuevo lugar para vivir.

Durante su viaje, encontraron diversos animales que también necesitaban ayuda. Se encontraron con Bruno el conejito asustado porque había perdido a su familia en medio del espeso follaje del bosque.

El Viejo Sauce le dio consuelo y le enseñó cómo encontrar pistas para reunirse nuevamente con su familia. Continuando su camino, se encontraron con Martina la mariposa, quien estaba triste porque no podía encontrar flores para alimentarse. El Viejo Sauce le explicó cómo seguir el aroma dulce de las flores y así nunca perderse.

De repente, mientras seguían su camino, un zorro travieso llamado Max apareció y comenzó a causar problemas. Max quería asustar a los demás animales del bosque solo por diversión.

El Viejo Sauce se acercó a Max y le dijo: "-Max, las acciones desagradables no son buenas ni divertidas. Debes aprender a ser amable con los demás". Después de escuchar estas palabras sabias, Max se disculpó sinceramente y prometió cambiar su comportamiento.

Finalmente, después de ayudar a todos los animales en apuros, Nuez encontró un lugar seguro para construir su nuevo hogar. El Viejo Sauce miró con orgullo cómo Nuez saltaba de rama en rama hasta llegar a su nuevo nido.

Con una sonrisa en sus hojas verdes brillantes, el Viejo Sauce vio cómo todos los animales que había ayudado vivían felices en el bosque. Sabía que había hecho una diferencia en sus vidas al brindarles apoyo y sabiduría cuando más lo necesitaban.

Desde aquel día, el Viejo Sauce se convirtió en un símbolo de amor y guía para todos los habitantes del bosque. Y así continuaron viviendo juntos en armonía gracias al espíritu generoso del árbol sabio.

Y colorín colorado este cuento ha terminado ¡Espero que hayas disfrutado esta historia inspiradora!

FIN.

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