El secreto de Copito y Martina


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Mañana, un gallo muy especial llamado Copito. Copito era conocido por ser el gallo más madrugador de todo el lugar.

Desde que salía el sol, él comenzaba a cantar tan fuerte que despertaba a todos los habitantes del pueblo, incluso antes de que sus propios relojes despertadores sonaran.

La gente de Villa Mañana apreciaba la puntualidad y diligencia de Copito para iniciar el día, pero con el paso del tiempo comenzaron a cansarse de levantarse tan temprano todas las mañanas. Las ojeras y bostezos se volvieron comunes entre los vecinos, quienes anhelaban poder dormir un poco más.

Un día, la señora Rosa, la dueña del gallinero donde vivía Copito, notó que su gallo estaba triste y preocupado. Decidió acercarse a hablar con él para entender qué le sucedía. "Copito, querido gallo madrugador, ¿qué te pasa? Te veo muy pensativo últimamente", preguntó la señora Rosa con ternura.

El gallo levantó la mirada hacia ella y suspiró antes de responder: "Señora Rosa, siento que mi canto ya no alegra a la gente como solía hacerlo. Escucho murmullos de molestia cuando me escuchan cantar tan temprano".

La señora Rosa reflexionó por un momento y luego dijo: "Copito, creo que ha llegado el momento de hacer algo diferente. Tal vez podríamos encontrar una manera de seguir siendo puntual sin molestar a los demás".

Copito asintió con entusiasmo ante la idea y juntos empezaron a idear un plan. Decidieron buscar al anciano sabio del pueblo para pedirle consejo sobre cómo resolver esta situación.

El sabio les sugirió organizar un concurso en Villa Mañana para encontrar al nuevo "Despertador Oficial" del pueblo. El objetivo sería encontrar a alguien capaz de despertar a todos sin causar molestias ni interrupciones excesivas. Así fue como se llevó a cabo el concurso al día siguiente en la plaza principal.

Varias personas demostraron sus habilidades para despertar a otros de forma creativa y respetuosa. Hubo quien tocaba suavemente una campana, quien cantaba melodías relajantes e incluso quien preparaba café fresco para despertar los sentidos.

Al final del concurso, se anunció como ganadora a Martina, una joven talentosa que había creado una mezcla perfecta entre dulzura y eficacia en su técnica para despertar al pueblo. "¡Felicidades Martina! Eres nuestra nueva Despertadora Oficial", exclamó la señora Rosa emocionada mientras le entregaba una medalla simbólica.

A partir de ese día, Martina se encargó de despertar al pueblo cada mañana con su estilo único y amable.

Copito continuaba cantando al amanecer en el gallinero junto a sus amigos sin sentirse presionado ni preocupado por molestar a nadie. Y así, Villa Mañana encontró el equilibrio perfecto entre puntualidad y armonía gracias al trabajo en equipo y la creatividad de todos sus habitantes.

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