El secreto de Dulcelandia



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Dulcelandia, una niña llamada Alexa a quien le encantaban los dulces. Desde chupetines de colores hasta tortas de chocolate, todo lo que fuera dulce llamaba su atención y despertaba su apetito.

Sin embargo, su mamá siempre le decía que no podía comer tantos dulces, ya que no eran buenos para su salud. Una tarde, después de la escuela, Alexa pasó por la tienda de golosinas más famosa del pueblo.

El delicioso olor a caramelos y chocolates la hipnotizó y no pudo resistirse a entrar. Se encontró con el dueño de la tienda, un amable anciano llamado Don Maní.

"¡Hola Alexa! ¿Cómo estás hoy?" -saludó Don Maní con una sonrisa. "Hola Don Maní, estoy bien gracias. Solo vine a mirar", respondió tímidamente Alexa. Don Maní notó la tristeza en los ojos de Alexa y decidió entablar conversación con ella.

Le contó historias sobre los dulces y cómo él mismo había aprendido a disfrutarlos con moderación cuando era joven. "Sé que te encantan los dulces, pero recuerda que es importante cuidar tu salud también", le dijo Don Maní con cariño.

Alexa asintió con tristeza y se despidió del dueño de la tienda antes de irse a casa. Aquella noche cenaron sopa caliente y ensalada fresca en casa, mientras Alexa suspiraba pensando en los dulces que tanto añoraba. Al día siguiente, algo mágico sucedió en Dulcelandia.

Una nueva tienda abrió sus puertas justo al lado de la casa de Alexa. Se trataba de "La Tienda Saludable", un lugar lleno de frutas frescas, frutos secos y snacks saludables para niños.

Intrigada por esta novedad, Alexa decidió entrar a curiosear. La dueña de la tienda era una señora amable llamada Doña Fruta, quien le dio la bienvenida con una gran sonrisa.

"¡Bienvenida! ¿Te gustaría probar nuestras deliciosas manzanas cubiertas de yogur?"Alexa aceptó encantada y probó una manzana jugosa cubierta con yogur natural. Para su sorpresa ¡le encantó! Era tan sabrosa como cualquier caramelo que hubiera probado antes.

"¿Verdad que está rica? Y lo mejor es que es buena para tu salud", comentó Doña Fruta viendo la expresión feliz en el rostro de Alexa.

Desde ese día en adelante, Alexa visitaba regularmente "La Tienda Saludable" donde descubrió nuevos sabores deliciosos como las uvas pasas o las barritas energéticas caseras hechas con miel y frutos secos. Aprendió que cuidar su cuerpo comiendo alimentos nutritivos también podía ser divertido y satisfactorio como disfrutar un caramelo o un trozo de torta.

Con el tiempo, Alexa dejó atrás sus antojos desmesurados por los dulces e incorporó hábitos alimenticios más equilibrados en su vida diaria gracias a las enseñanzas tanto de su mamá como ahora también Doña Fruta y Don Maní.

Así pues, nuestra protagonista aprendió una valiosa lección: disfrutar ocasionalmente un dulce está bien pero priorizar alimentos saludables es fundamental para mantenerse fuerte y feliz.

FIN.

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