El Secreto de Elena


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, una niña llamada Elena. Era una niña muy especial, con su cabello rubio como el sol y unos ojos turquesa que brillaban como el mar en calma.

Elena vivía con sus padres y su perro Toby, a quien quería con todo su corazón.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, Elena se encontró con una anciana misteriosa que le regaló un collar con una piedra brillante. La anciana le advirtió: "Este collar tiene poderes mágicos, úsalo sabiamente". Sin embargo, Elena no creyó en la magia y se lo puso sin pensar.

Esa misma noche, mientras dormía plácidamente en su cama, algo extraño ocurrió. Elena sintió que su cuerpo se transformaba lentamente y al despertar se dio cuenta de que ahora era...

¡un perro! No podía creerlo, ladraba asustada y corría de un lado a otro intentando entender lo que había pasado. Al verla convertida en perro, sus padres entraron en pánico. Intentaron buscar ayuda por todas partes, pero nadie parecía poder revertir el hechizo.

Elena estaba desesperada hasta que recordó las palabras de la anciana sobre el collar mágico. Decidió ponerse el collar y cerrar los ojos con fuerza mientras pedía volver a ser humana.

De repente, un destello de luz iluminó la habitación y cuando Elena abrió los ojos nuevamente era ella misma: la niña rubia con ojos turquesa. Estaba feliz de haber recuperado su forma original, pero algo había cambiado dentro de ella. Ahora entendía lo importante que era valorar lo que tenía y cuidar a quienes amaba.

Decidió ir al bosque para encontrar a la anciana misteriosa y agradecerle por haberle enseñado esa lección tan importante. Sin embargo, cuando llegó al lugar donde les había conocido no había rastro de ella.

En cambio, encontró a una mujer mayor alimentando a los pájaros del bosque. "Hola ¿tú eres la anciana que me dio el collar mágico?" preguntó Elena emocionada. -La mujer sonrió dulcemente y respondió: "Sí querida, soy yo". "¡Gracias por enseñarme a valorar lo que tengo!" exclamó Elena.

-La anciana asintió con cariño: "Siempre es importante recordar lo valioso que es nuestro amor hacia los demás".

A partir de ese día, Elena decidió ayudar a todos los animales del pueblo como forma de demostrarles cuánto les apreciaba después de haber experimentado cómo era ser uno de ellos gracias al hechizo del collar mágico.

Con el tiempo llegó al refugio local donde encontró una dueña amorosa llamada Rosario quien quedo encantada con la ternura y fidelidad de esta hermosa cachorrita rubia; desde entonces fueron inseparables disfrutando juntas cada momento lleno alegrías compartiendo aventuras inolvidables para siempre jamás.

Y así fue como Elena aprendió una gran lección sobre el amor incondicional y descubrió la importancia de valorar cada aspecto especial tanto en sí misma como en quienes estaban a su alrededor porque solo así podemos encontrar nuestra verdadera felicidad.

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