El secreto de Iker para ser un buen amigo



Iker era un niño muy inquieto que siempre buscaba llamar la atención en la escuela. Él anhelaba el amor y la atención de su mamá, pero como no lo recibía en casa, buscaba conseguirlo a toda costa en la escuela. Su comportamiento indisciplinado distraía a sus compañeros y no dejaba a su maestra dar la clase. La maestra, la señorita Laura, se dio cuenta de que Iker necesitaba ayuda, así que decidió buscar una estrategia para ayudarlo a mejorar su conducta.

Un día, la señorita Laura reunió a todos los niños en un círculo y les dijo: "Hoy vamos a hablar sobre lo que significa ser un buen amigo". Los niños prestaron atención, intrigados por la nueva dinámica. La maestra invitó a cada uno de ellos a compartir lo que creían que hacía a una persona un buen amigo. Después de escuchar las respuestas de sus compañeros, llegó el turno de Iker. Él se mostraba algo reacio, pero finalmente habló.

- Bueno, yo pienso que un buen amigo es alguien que te escucha y te entiende, alguien en quien puedes confiar - dijo Iker tímidamente. Los demás niños asintieron, sorprendidos por las palabras de Iker.

La señorita Laura elogió la perspectiva de Iker y le preguntó si estaba dispuesto a demostrar que podía ser un buen amigo poniendo en práctica esas cualidades. Iker dudó al principio, pero finalmente aceptó el desafío. La maestra le asignó la tarea de ayudar a un compañero con dificultades en matemáticas. Iker se comprometió a hacerlo, aunque al principio le costó un poco. Sin embargo, con el tiempo, Iker empezó a disfrutar de ayudar a su compañero y se dio cuenta de que podía ser amable y atento.

Poco a poco, la actitud de Iker comenzó a cambiar. Ya no buscaba llamar la atención de forma negativa, sino que buscaba ser un buen amigo para todos. La maestra notó el progreso y el cambio positivo en el comportamiento de Iker. Él se sentía más feliz y satisfecho consigo mismo.

Con el tiempo, Iker se convirtió en un ejemplo para sus compañeros, demostrando que ser un buen amigo y tener una actitud positiva podía ser más gratificante que buscar atención de forma negativa. La señorita Laura lo felicitó y le recordó lo valioso que era para todos su participación positiva en el aula.

Desde ese día, Iker entendió que la verdadera atención y amor se ganaban con actos positivos y amables. Y su mamá, al ver el cambio en su hijo, empezó a brindarle más atención y amor, fortaleciendo así el lazo entre ellos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!