El secreto de Isabella



Había una vez en un reino muy lejano, una niña llamada Isabella. Ella era conocida por ser la reina de la popularidad en su escuela, todos la admiraban y querían ser como ella.

Isabella tenía un novio muy guapo llamado Lucas y una mejor amiga inseparable llamada Sofía. Un día, mientras caminaba por los pasillos de la escuela, Isabella escuchó susurros y risas que provenían del salón de clases de Sofía.

Curiosa, se acercó sigilosamente y abrió la puerta entreabierta. Lo que vio la dejó helada: Lucas y Sofía estaban tomados de la mano y riendo juntos como si fueran los mejores amigos.

Isabella sintió cómo su corazón se rompía en mil pedazos al darse cuenta de que su novio le estaba siendo infiel con su mejor amiga. En lugar de confrontarlos en ese momento, decidió tomar venganza en silencio.

Esa misma tarde, Isabella ideó un plan para hacerles frente a Lucas y Sofía sin levantar sospechas. Comenzó a actuar normalmente frente a ellos, como si no supiera nada sobre su traición. Pero en secreto, comenzó a sembrar semillas de duda en sus mentes.

Una mañana, dejó caer un pañuelo con las iniciales —"L"  y —"S"  entrelazadas en el patio de la escuela donde sabía que pasarían Lucas y Sofía. Al verlo, ambos se miraron sorprendidos y confundidos. Isabella observaba desde lejos con una sonrisa traviesa en el rostro.

Días después, empezaron a llegarle a Lucas mensajes anónimos insinuando que Sofía podría estar viéndose con otro chico a escondidas. A Sofía, por otro lado, le llegaban notas misteriosas sugiriendo que Lucas no era tan fiel como aparentaba ser.

La desconfianza comenzó a sembrarse entre Lucas y Sofía; discutían constantemente y ya no se veían tan felices juntos como antes. Isabella los observaba desde lejos con cierta satisfacción por ver cómo su plan iba dando frutos.

Finalmente, una tarde después de clases, Lucas decidió contarle toda la verdad a Isabella sobre su traición con Sofía. Esta última también confesó haberse dejado llevar por sus sentimientos hacia él.

Isabella los miró fijamente a los ojos y les dijo: "La confianza es como un espejo; una vez que se quiebra nunca vuelve a ser igual".

Con estas palabras dio media vuelta y se alejó sabiendo que había aprendido una valiosa lección sobre el verdadero significado de la amistad y el amor verdadero. Desde ese día en adelante, Isabella siguió siendo admirada por todos en su escuela no solo por su belleza exterior sino también por su fortaleza interior y sabiduría para manejar situaciones difíciles sin perder nunca la compostura.

FIN.

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