El secreto de la abuela



Había una vez un chico llamado Facu, que vivía con su abuela Doña Elsa en una pequeña casa en el campo. Facu era un niño travieso y curioso, siempre buscando aventuras y travesuras por doquier.

Doña Elsa, por otro lado, era una abuela amorosa pero estricta. Cuando Facu se portaba mal o desobedecía las reglas, ella no dudaba en sacar la famosa chancla y darle un buen coscorrón en las pompas.

Una tarde de verano, Facu decidió escaparse al bosque para explorar y jugar sin permiso de su abuela. Mientras correteaba entre los árboles y jugaba a ser un valiente explorador, de repente escuchó un ruido extraño proveniente de unos matorrales.

Intrigado, se acercó sigilosamente y descubrió a un pajarito atrapado entre las ramas. Sin pensarlo dos veces, Facu ayudó al pajarito a liberarse con cuidado. El pajarito revoloteó felizmente antes de emprender vuelo hacia el cielo azul.

De regreso a casa, Facu sabía que enfrentaría la regañina de su abuela por haberse escapado sin permiso. Al entrar temeroso a la casa, encontró a Doña Elsa preocupada y algo molesta.

"Facu, ¿dónde estabas? ¡Te he estado buscando por todas partes!", exclamó Doña Elsa con tono severo. Facu bajó la mirada avergonzado y explicó lo sucedido en el bosque con el pajarito atrapado.

Para sorpresa de Facu, en lugar de regañarlo como esperaba, Doña Elsa lo abrazó con ternura y orgullo en sus ojos. "Facu querido, entiendo que eres curioso y te gusta explorar. Pero debes recordar que es importante respetar las reglas y avisar cuando te alejas", le dijo Doña Elsa con voz suave pero firme.

Facu asintió comprendiendo el mensaje de su abuela. A partir de ese día, él aprendió a ser más responsable y comunicativo sobre sus travesuras.

Y aunque aún recibía algún coscorrón ocasional cuando se pasaba de listo, ahora entendía que era por amor y protección. Con el tiempo, Facu creció convertido en un joven valiente y comprensivo gracias a las enseñanzas de su abuela Doña Elsa.

Siempre recordaría aquel día en el bosque como una lección importante: nunca subestimar el poder del amor familiar incluso detrás de una chancla lista para actuar.

FIN.

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