El secreto de la bondad de Esmeralda
Hace muchos años, en un pequeño pueblo rodeado de bosques frondosos, se contaba la leyenda de una bruja llamada Esmeralda.
Según decían, Esmeralda poseía poderes mágicos y vivía en lo más profundo del bosque, donde nadie se atrevía a entrar. Un día, dos valientes hermanos llamados Martina y Tomás decidieron desafiar el miedo que infundía la historia de la bruja Esmeralda y aventurarse en el bosque para descubrir si era verdad lo que se contaba.
Caminaron entre los árboles centenarios hasta que llegaron a un claro donde vieron una cabaña cubierta de enredaderas y rodeada de flores silvestres. Al acercarse, una voz suave los recibió: "Bienvenidos, viajeros. Soy Esmeralda".
Los niños sintieron un escalofrío pero decidieron no retroceder. La bruja les ofreció té caliente y les contó historias sobre el bosque y sus habitantes mágicos.
Martina y Tomás descubrieron que Esmeralda no era como la describían las leyendas; era amable, sabia y tenía un gran corazón. "¿Por qué todos te temen?", preguntó Martina con curiosidad. "La gente teme lo que no entiende", respondió Esmeralda con tristeza en sus ojos verdes como esmeraldas. "Pero nosotros no tenemos miedo", dijo Tomás valientemente.
Esmeralda sonrió a los niños y les enseñó hechizos simples para protegerse en el bosque. Les mostró cómo respetar a la naturaleza y cuidar de los seres que habitaban en ella.
Los días pasaron volando mientras Martina y Tomás aprendían de Esmeralda todo tipo de cosas maravillosas sobre plantas, animales e incluso sobre ellos mismos. Se dieron cuenta de que la magia verdadera estaba en el amor, la amistad y el conocimiento.
Una noche oscura, un malvado cazador entró al bosque con intenciones dañinas. Los animales del bosque pidieron ayuda a Esmeralda quien rápidamente acudió junto a Martina y Tomás para detener al intruso.
Con astucia e ingenio, los tres lograron confundir al cazador haciendo uso de sus habilidades mágicas para proteger a los indefensos habitantes del bosque. Finalmente, el intruso huyó asustado jurando nunca volver al lugar encantado.
Después de esa noche emocionante, Martina y Tomás comprendieron que cada uno tiene su propia magia dentro de sí mismo: la valentía para enfrentar sus miedos, la bondad para ayudar a otros y la sabiduría para aprender algo nuevo cada día. "Gracias por enseñarnos tanto, querida Esmeralda", dijeron los hermanos abrazando a la bruja.
"El verdadero poder está en ustedes", respondió Esmeralda con orgullo. Así fue como Martina y Tomás regresaron al pueblo convertidos en héroes gracias a las enseñanzas de la bondadosa bruja Esmeralda.
Desde entonces, cada vez que alguien mencionaba su nombre ya no era por temor sino por admiración y respeto hacia aquella mujer sabia que había cambiado sus vidas para siempre.
FIN.