El secreto de la caca feliz



Había una vez un gallo llamado Bartolito que vivía en una granja en la hermosa provincia de Córdoba, Argentina.

Bartolito era un gallo muy alegre y siempre estaba rodeado de sus amigos animales: el cerdito Chanchón, la vaca Margarita y el caballo Relincho. Un día, mientras todos los animales estaban jugando en el campo, Bartolito comenzó a sentirse muy incómodo. Trató de hacer caca como siempre lo hacía, pero no podía.

Se sintió preocupado y decidió acercarse a sus amigos para pedirles ayuda. - ¡Chanchón! ¡Margarita! ¡Relincho! Necesito su ayuda -exclamó Bartolito con voz angustiada-. No puedo hacer caca y no sé qué hacer. Sus amigos se miraron entre sí sorprendidos por la situación.

Nunca antes habían escuchado algo así. - Tranquilo, Bartolito. Vamos a ayudarte -dijo Chanchón con amabilidad-. Pero primero debemos entender qué puede estar causando este problema.

Los animales se reunieron alrededor de Bartolito y comenzaron a pensar en posibles soluciones. Margarita sugirió que tal vez necesitaba más fibra en su dieta para poder ir al baño correctamente, mientras que Relincho propuso hacer ejercicio para estimular su sistema digestivo.

Bartolito asintió con entusiasmo ante las ideas de sus amigos y decidió probarlas todas juntas. Comenzaron por buscar alimentos ricos en fibra como zanahorias y manzanas del huerto cercano. Luego realizaron divertidas carreras por el campo para poner en movimiento los músculos de Bartolito.

Pasaron los días y, a pesar de todos sus esfuerzos, Bartolito seguía sin poder hacer caca. La tristeza comenzó a apoderarse de él, pensando que nunca podría solucionar su problema.

Un día, mientras caminaba solo por el campo, Bartolito se encontró con un búho sabio llamado Sabino. El búho notó la tristeza en los ojos del gallo y decidió acercarse para preguntar qué le sucedía. - Hola, Bartolito. Veo que estás preocupado. ¿Puedo ayudarte en algo? -preguntó Sabino con amabilidad.

Bartolito explicó su situación al búho y sus intentos fallidos para resolverlo. Sabino escuchó atentamente y luego sonrió con sabiduría.

- Querido Bartolito, a veces las soluciones más sencillas están frente a nosotros pero no las vemos -dijo el búho-. ¿Has probado beber mucha agua? El gallo quedó sorprendido ante la simpleza de la sugerencia y decidió probarla inmediatamente. Bebió grandes cantidades de agua durante todo el día y al día siguiente...

¡finalmente pudo hacer caca! Bartolito estaba lleno de alegría y corrió rápidamente hacia sus amigos para contarles lo que había aprendido. Chanchón, Margarita y Relincho celebraron junto a él su éxito.

Desde ese día, Bartolito siempre bebió mucha agua y recomendaba a todos sus amigos animales hacer lo mismo para mantenerse sanos. La granja volvió a ser un lugar lleno de risas y alegría gracias al ingenio de Bartolito y la sabiduría del búho Sabino.

Y así, los animales aprendieron que a veces las soluciones más simples pueden resolver los problemas más grandes. Y colorín colorado, esta historia ha terminado.

FIN.

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