El secreto de la calma



Había una vez un pequeño monstruo llamado Enfado. Vivía en el Bosque Encantado junto con otros monstruos y criaturas mágicas.

A diferencia de los demás, Enfado siempre estaba molesto y enfadado por cualquier cosa que sucediera a su alrededor. Un día, mientras los demás monstruos jugaban alegremente, Enfado se tropezó con una piedra y cayó al suelo. Esto solo hizo que su enfado creciera aún más.

Gritó tan fuerte que asustó a todos los animales del bosque. La Bruja Sabia, quien vivía en lo profundo del bosque, escuchó el alboroto y decidió intervenir.

Se acercó a Enfado y le dijo: "Querido Enfado, entiendo que te sientas frustrado cuando las cosas no salen como quieres, pero debes aprender a controlar tu ira". Enfado gruñó en respuesta: "¡No puedo controlarlo! Siempre me pasa algo malo". La Bruja Sabia sonrió y le entregó un pequeño frasco lleno de polvo mágico.

"Esto es polvo de paciencia", dijo ella. "Si lo usas correctamente, te ayudará a calmarte cuando estés enfadado". Enfado miró el frasco curiosamente y preguntó: "¿Cómo se usa?".

La Bruja Sabia explicó: "Cuando sientas que tu enfado está apoderándose de ti, cierra los ojos y respira profundamente tres veces mientras sostienes el frasco en tus manos. Luego abre los ojos lentamente e imagina cómo sería la situación sin enfadarte". Enfado decidió darle una oportunidad al polvo de paciencia.

Al día siguiente, mientras jugaba con sus amigos monstruos, se tropezó nuevamente y cayó al suelo. En lugar de enfadarse inmediatamente, recordó las palabras de la Bruja Sabia y cerró los ojos.

Inhaló profundamente tres veces mientras sostenía el frasco de polvo de paciencia en sus manos. Cuando abrió los ojos lentamente, imaginó cómo sería si no se enfadara por cada pequeño problema que enfrentaba. Para su sorpresa, vio que todos a su alrededor estaban riendo y disfrutando del momento.

Se dio cuenta de que sus amigos simplemente habían tropezado también y encontraron diversión en ello en lugar de enfadarse como él solía hacerlo.

Enfado se levantó del suelo con una sonrisa en el rostro y se unió a la risa colectiva. Descubrió que cuando dejaba de lado su ira, podía disfrutar más de las cosas simples y divertidas que le ofrecía la vida.

A partir de ese día, Enfado utilizó el polvo mágico siempre que sentía que estaba perdiendo el control. Aprendió a respirar profundamente, pensar antes de reaccionar y encontrar soluciones positivas en lugar de dejar que la ira lo dominara. Con el tiempo, Enfado se convirtió en un monstruo amable y tranquilo.

Sus amigos lo admiraban por haber encontrado una forma efectiva para manejar su enfado. Incluso enseñó a otros monstruos a usar el polvo mágico cuando necesitaban ayuda para controlar sus emociones.

Y así, Enfado descubrió que la paciencia y el autocontrol eran mucho más poderosos que dejarse llevar por la ira. Aprendió a disfrutar de la vida sin enfadarse constantemente, y el Bosque Encantado se convirtió en un lugar aún más mágico y armonioso gracias a su transformación. Fin.

FIN.

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