El secreto de la casa abandonada



Había pasado mucho tiempo desde que alguien había entrado en aquella casa abandonada. El viento soplaba entre las grietas de las paredes, haciendo crujir la madera vieja.

Alejandra, Tadeo y Gastón se adentraron con curiosidad en aquel lugar lleno de misterio. - ¡Qué escalofriante es este lugar! -dijo Alejandra mientras miraba a su alrededor con los ojos bien abiertos. - Sí, pero también es emocionante.

Nunca pensé que encontraríamos algo así en medio del campo -respondió Tadeo con entusiasmo. Gastón, el más valiente de los tres, avanzó hacia una puerta entreabierta al fondo del pasillo polvoriento. Los otros dos lo siguieron hasta llegar a una habitación diferente a las demás.

En el centro de la habitación se encontraba una enorme caja de madera oscura con extrañas inscripciones talladas en ella. - ¿Qué creen que habrá dentro de esa caja? -preguntó Gastón con intriga. - No sé...

Tal vez sea un tesoro perdido o algún objeto mágico -sugirió Alejandra emocionada. Sin pensarlo mucho más, decidieron abrir la caja y descubrir su contenido.

Con cuidado, levantaron la tapa y quedaron boquiabiertos al ver lo que guardaba en su interior: no era oro ni diamantes, eran libros antiguos con historias fantásticas y enseñanzas ocultas. - ¡Wow! ¡Esto es increíble! -exclamó Tadeo sorprendido. Mientras hojeaban los libros, descubrieron que cada uno les enseñaba lecciones valiosas sobre la amistad, el valor y la importancia de seguir sus sueños.

- Parece que esta caja esconde algo más precioso que cualquier tesoro material: conocimiento y sabiduría -comentó Alejandra con admiración. Los niños decidieron llevarse los libros consigo para leerlos juntos y aprender de las historias que contenían.

A partir de ese día, visitaban la casa abandonada regularmente para sumergirse en nuevas aventuras literarias y descubrir los secretos que aún guardaba aquel lugar olvidado por el tiempo.

Así, gracias a su curiosidad y valentía, Alejandra, Tadeo y Gastón aprendieron que a veces las cosas más inesperadas pueden traerles grandes tesoros si están dispuestos a explorar más allá de lo evidente.

Y juntos comprendieron que el verdadero valor radica no solo en lo material, sino también en el conocimiento y las experiencias compartidas con quienes más quieren.

FIN.

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