El secreto de la casa encantada



En una pequeña casa en las afueras del pueblo, vivían dos hermanos, Juan y Martina. La casa, según los rumores del vecindario, estaba encantada. Los niños, curiosos, decidieron descubrir si era verdad.

Una tarde, mientras su mamá estaba en el trabajo, los niños se adentraron en la casa en busca de respuestas. -Martina, ¿crees que esta casa esté realmente encantada? -preguntó Juan con los ojos abiertos de par en par. -No lo sé, pero lo descubriremos juntos, Juan.

Al entrar a la casa, sintieron una extraña sensación en el estómago, como si algo les observara. Exploraron cada rincón, desde el desván hasta el sótano. De repente, escucharon un ruido proveniente del jardín.

Al asomarse, vieron a una anciana sentada en un columpio. La anciana les contó sobre la historia de la casa y cómo había sido su hogar durante muchos años. Hablaron sobre sus emociones, miedos y alegrías.

La anciana les enseñó que las emociones son como los diferentes cuartos de una casa: a veces soleados y alegres, otras veces oscuros y misteriosos. Les reveló el secreto para superar el miedo: enfrentarlo con valentía. Los niños comprendieron que la casa no estaba encantada, sino llena de historias y emociones.

Al regresar a su hogar, les contaron a su mamá sobre la valiosa lección que habían aprendido. A partir de entonces, enfrentaron la escuela, las amistades y los desafíos con valentía y comprensión hacia sus propias emociones.

La casa ya no les parecía misteriosa, sino llena de experiencias por descubrir.

FIN.

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