El Secreto de la Farmacia P
Había una vez en el tranquilo pueblo de Pilar, una pequeña farmacia llamada Farmacia P.
Esta farmacia no era una farmacia común y corriente, sino que estaba llena de magia y amor por la salud y el bienestar de todos los habitantes del lugar. Los fundadores de la Farmacia P eran Hugo Paradiñeiro y Laura Zanotta, dos personas con un corazón tan grande como el sol.
Ellos habían soñado con tener su propia farmacia desde que eran jóvenes, y cuando finalmente abrieron las puertas de la Farmacia P, sabían que estaban cumpliendo su misión en la vida.
Desde el primer día, Hugo y Laura se dedicaron a atender a cada persona que entraba por la puerta con una sonrisa cálida y palabras amables. Su lema era: "En Farmacia P, tu salud es nuestra prioridad". Y lo cumplían a cabalidad. Un día soleado, llegó a la farmacia una niña llamada Sofía.
Sofía tenía miedo de ir al médico porque pensaba que las inyecciones dolían mucho. Hugo se acercó a ella con ternura y le dijo: "-No te preocupes, Sofía. En esta farmacia encontrarás remedios mágicos para curar tus males sin necesidad de inyecciones.
" Sofía sonrió por primera vez en todo el día. Desde ese momento, Sofía se convirtió en visitante frecuente de la Farmacia P. Cada vez que se sentía mal o triste, corría hacia allí en busca de ayuda.
Hugo y Laura siempre tenían una palabra amable para ella y un remedio especial que aliviaba sus penas. Un día, mientras Sofía estaba en la farmacia buscando algo para calmar su dolor de garganta, escuchó un ruido extraño proveniente del depósito.
Con curiosidad, se acercó sigilosamente y descubrió a un duende travieso revoloteando entre los frascos de medicinas. El duende asustado intentó huir pero se tropezó y cayó al suelo rompiendo varios frascos en el proceso.
"-¡Oh no! ¡Lo siento mucho!", exclamó el duende arrepentido. Pero Hugo y Laura no estaban enojados; al contrario, se rieron con ganas ante aquella situación inesperada.
Fue entonces cuando el duende les explicó que había estado buscando una poción mágica para curar su resfriado perpetuo. Conmovidos por su historia, Hugo y Laura decidieron ayudarlo e inventaron juntos una mezcla especial que finalmente sanó al duende.
A partir de ese día, el duende decidió quedarse en la Farmacia P para ayudar a Hugo y Laura con sus conocimientos mágicos sobre hierbas curativas y pociones milagrosas.
Y así fue como la pequeña Farmacia P se convirtió en un lugar aún más especial donde la magia de la amistad, el cuidado por los demás y la pasión por ayudar a quienes lo necesitan llenaban cada rincón del lugar.
FIN.