El secreto de la madera segura



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Madera, donde todos los habitantes eran expertos carpinteros. En la escuela del pueblo, el señor Martín enseñaba a los niños cómo trabajar la madera de forma segura y creativa.

Un día, el señor Martín decidió enseñarles a sus alumnos cómo usar un serrucho para cortar unas maderas y les explicó la importancia de seguir las normas de seguridad.

Les dijo:"¡Buenos días, queridos alumnos! Hoy aprenderemos a usar el serrucho, una herramienta muy útil pero que puede ser peligrosa si no se usa correctamente. Recuerden siempre usar gafas de protección y guantes antes de comenzar.

"Los niños asintieron con entusiasmo y prestaron mucha atención a las indicaciones del señor Martín. Empezaron a practicar cortando pequeñas piezas de madera siguiendo las instrucciones al pie de la letra. "Recuerden sostener firmemente la madera con una mano y el serrucho con la otra.

Hagan movimientos suaves y controlados, sin apresurarse", les recordaba el docente. Los niños se esforzaban por hacerlo bien, pero Mateo, uno de los alumnos más inquietos, estaba impaciente por terminar rápido y empezó a serrar rápidamente sin prestar atención.

"Mateo, recuerda lo que te dije sobre ser cuidadoso. Si te apuras puedes lastimarte", le advirtió el señor Martín. Pero Mateo no hizo caso y continuó serrando frenéticamente hasta que...

¡se cortó un dedo! Todos los niños gritaron asustados mientras el señor Martín actuaba rápidamente para detener la hemorragia. "¡Oh no! Esto ha sido un accidente grave que pudo evitarse si hubieras seguido las instrucciones adecuadamente", dijo preocupado el docente mientras acompañaba a Mateo al hospital.

Después de ese incidente, los niños comprendieron la importancia de respetar las normas de seguridad y prestar atención en todo momento.

A partir de entonces, siguieron las indicaciones del señor Martín al pie de la letra y aprendieron a usar el serrucho correctamente sin poner en riesgo su integridad física. Con el tiempo, Mateo se recuperó completamente y se convirtió en uno de los mejores carpinteros del pueblo gracias a esta lección aprendida.

Y así, en Villa Madera todos vivieron felices sabiendo que trabajar con seguridad era fundamental para disfrutar plenamente de su pasión por la carpintería.

FIN.

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