El secreto de la sierra
En lo más alto de la serranía altoandina, cerca del pueblo de Huancaspata, vivía una familia que se dedicaba a la agricultura y al pastoreo de animales para subsistir en aquel duro entorno. Los cultivos solo florecían en épocas de lluvia, por lo que debían trabajar duro para almacenar suficientes alimentos para el resto del año. La familia estaba compuesta por un padre fuerte y sabio, una madre cariñosa y tres hijos: Juan, el mayor y más responsable; Marcos, el mediano, y Hermini, el menor y más curioso. A pesar de las dificultades, la familia vivía feliz en su pequeña pero acogedora casa de adobe.
Un día, mientras pastoreaban las llamas en las altas praderas, Hermini se alejó del grupo y descubrió una cueva oculta entre las rocas. Sin dudarlo, decidió adentrarse en ella. Al internarse en las profundidades de la cueva, Hermini divisó una luz tenue que provenía del fondo. Con valentía, siguió el destello hasta llegar a una maravillosa caverna llena de cristales brillantes. En ese lugar mágico, se encontró con un anciano sabio que le habló en voz suave y le enseñó los secretos de la sierra. El anciano le explicó que la naturaleza era sabia y generosa, y que si aprendían a cuidarla, les brindaría todo lo que necesitaban.
Emocionado por esta revelación, Hermini regresó a su casa y compartió con su familia lo que había descubierto. Juntos, decidieron poner en práctica los consejos del sabio anciano. Comenzaron a cuidar con más amor la tierra que les proveía alimentos, a proteger a los animales que les brindaban abrigo y alimento, y a valorar cada recurso natural que la sierra les ofrecía.
Con el tiempo, la cosecha se volvió más abundante, las llamas se multiplicaron y la vida en la sierra se volvió más próspera. La familia de Huancaspata se convirtió en un ejemplo para las demás familias de la región, y pronto todos aprendieron a respetar y cuidar la naturaleza que los rodeaba. Hermini, el pequeño y curioso hermano, se convirtió en un líder respetado en la sierra, recordando siempre el invaluable secreto que le había sido revelado en aquella cueva mágica.
Y así, la familia de Huancaspata vivió en armonía con la naturaleza, disfrutando de los frutos de la tierra y cuidando con cariño de cada ser vivo que habitaba en la sierra altoandina. El secreto de la sierra se convirtió en un legado para las generaciones venideras, recordándoles que la naturaleza es sabia y generosa, y que debemos cuidarla con amor y respeto para poder vivir en armonía con ella.
FIN.