El secreto de la sonrisa perdida
Martina y Juan eran una pareja de novios que siempre se habían caracterizado por su alegría y cariño mutuo. Sin embargo, en los últimos días algo les preocupaba. No lograban entender por qué habían perdido la chispa de la diversión. Decidieron ir a su restaurante favorito, esperando que el ambiente alegre del lugar les ayudara a recuperar la alegría.
Al sentarse en la mesa, Martina miró a Juan con tristeza. - Juan, ¿notaste que ya no reímos como antes? Me preocupa que estemos perdiendo nuestra conexión especial.
Juan asintió con preocupación. - Sí, Martina, también lo he notado. No sé qué nos está pasando. Solíamos ser tan felices juntos.
En ese momento, el camarero se acercó a la mesa, notando la preocupación en sus rostros. - Buenos días, ¿qué les gustaría pedir hoy?
Martina y Juan se miraron y luego agradecieron al camarero, pidiendo un poco de tiempo para decidir. Mientras tanto, el camarero les entregó dos pequeñas tarjetas. - Les traigo estas tarjetas con una actividad que podrían disfrutar juntos mientras deciden su pedido.
Intrigados, Martina y Juan abrieron las tarjetas y vieron que cada una tenía un desafío: 'Hagan una lista de cosas que aman el uno del otro' y 'Recuérdense por qué se enamoraron'.
Los ojos de la pareja se iluminaron al leer las tarjetas. Decidieron tomarse el desafío en serio y comenzaron a escribir en pedacitos de papel todo lo que amaban y admiraban el uno del otro.
Mientras compartían y recordaban las cualidades que más los habían enamorado, la atmósfera en la mesa empezó a cambiar. Las risas tímidas se convirtieron en carcajadas, y las miradas preocupadas se transformaron en destellos de amor y complicidad.
Finalmente, cuando el camarero regresó, Martina y Juan levantaron la mirada con sonrisas radiantes. - No necesitamos mirar el menú -dijo Juan-. Hemos redescubierto el ingrediente secreto que nos hace tan felices juntos: el amor, la complicidad y la risa.
Después de una deliciosa comida, la pareja abandonó el restaurante tomados de la mano, recordando que, a veces, es necesario detenerse y recordar por qué nos enamoramos en primer lugar.
Aquella noche, Martina y Juan durmieron con la certeza de que, aunque la vida pueda ser complicada en ocasiones, siempre tendrían el amor y la risa como aliados para superar cualquier desafío.
FIN.