El Secreto de las Alas Nocturnas
En la bulliciosa ciudad de Nueva York, vivía una familia muy especial. Tenían un hijo llamado Mateo que, al llegar la noche, se transformaba en un majestuoso águila.
Mateo anhelaba la libertad que solo el vuelo le brindaba, por lo que cada noche emprendía su vuelo hacia la estatua de la Libertad, donde se sentía libre y en armonía con el mundo.
Sin embargo, un fatídico día, cuando Mateo volvió a su forma humana en plena luz del amanecer, fue descubierto por la policía. -¿Qué hacen aquí? -preguntó Mateo, asustado. La policía lo miró sorprendida y le explicó que habían recibido informes sobre un joven que se transformaba en águila todas las noches.
Mateo quiso explicarles todo, pero la policía lo llevó a una estación. Allí, el jefe de policía, un hombre amable y comprensivo, escuchó la asombrosa historia de Mateo.
-Nunca había escuchado algo así -dijo el jefe-, pero debemos asegurarnos de que no representes un peligro para la ciudad. Mateo comprendió la preocupación de la policía y les propuso una solución que los dejó perplejos. -Podemos organizar una exhibición en la estatua de la Libertad.
Si la policía y la ciudad permiten que vuele como águila durante una noche, verán que no soy peligroso y podré seguir viviendo en paz. La propuesta de Mateo fue aceptada, y la noticia se difundió por toda la ciudad.
Llegada la noche acordada, miles de personas se reunieron en torno a la estatua de la Libertad. El cielo se iluminó con el brillo de los focos y Mateo, convertido en águila, surcó majestuosamente el firmamento. Los espectadores lo observaron maravillados y, al amanecer, lo despidieron con un estruendoso aplauso.
Desde ese día, Mateo pudo seguir llevando su vida en paz, librando así un obstáculo y encontrando comprensión en las personas que lo rodeaban.
Y aunque su historia parecía increíble, terminó demostrando que, con un poco de comprensión y empatía, cualquier obstáculo puede ser superado.
FIN.