El secreto de las cometas


utas. Un día, mientras caminaba por el parque con su mamá, Morella vio a un grupo de niños jugando con una cometa.

Ella se acercó y les preguntó: "¿Por qué la cometa puede volar?"Los niños se miraron entre sí y uno de ellos respondió: "Porque el viento empuja la cometa hacia arriba". Morella quedó fascinada con esa respuesta y decidió investigar más sobre el tema.

Esa misma tarde, fue a la biblioteca junto a su papá en busca de libros sobre las cometas. Mientras exploraban los estantes llenos de libros, Morella encontró uno titulado "El maravilloso mundo de las cometas". Lo tomó emocionada y comenzó a leerlo junto a su papá.

A medida que avanzaban en la lectura, descubrieron que las cometas funcionan gracias al principio del vuelo aerodinámico.

El diseño especial de las alas permite que el aire pase más rápido por encima que por debajo, creando una diferencia de presión que hace que la cometa se eleve. Morella estaba maravillada con esta explicación y quería probarlo por sí misma. Le pidió a su papá si podían construir una cometa juntos para experimentar.

Dante sonrió y dijo: "¡Claro! Vamos a necesitar palitos de madera, papel seda, hilo y pegamento". En casa, Morella ayudó a su papá a cortar los palitos en forma de cruz y luego envolvieron los brazos horizontales con papel seda.

Con cuidado, pegaron cada extremo del papel alrededor de los palitos para asegurarse de que estuviera bien sujeto. Una vez terminada la cometa, salieron al parque con Mumi y Fran para probarla. Morella sostuvo el hilo mientras Dante le daba un impulso suave hacia arriba.

De repente, la cometa se elevó en el aire, flotando majestuosamente por encima de ellos. Morella estaba radiante de felicidad al ver cómo su cometa volaba.

En ese momento, se dio cuenta de que cada pregunta tiene una respuesta y que es importante seguir buscando conocimiento. Desde ese día, Morella nunca dejó de hacer preguntas y buscar respuestas. A medida que crecía, descubrió nuevos intereses como la ciencia, la historia y la música.

Cada vez que aprendía algo nuevo, compartía sus conocimientos con sus primos Alma, Beni, Zoe, Agus y Ambar. Juntos formaron un grupo llamado "Los Exploradores del Conocimiento" y organizaron actividades educativas para niños en su comunidad.

Desde experimentos científicos hasta lecturas grupales en el parque, siempre estaban dispuestos a aprender y enseñar a otros. La curiosidad de Morella no solo la ayudó a adquirir conocimientos sino también a inspirar a los demás a explorar el mundo que los rodea.

Su pasión por aprender se convirtió en una llama brillante que iluminaba cada rincón donde iba. Y así fue como Morella demostró al mundo entero que hacer preguntas es el primer paso para descubrir nuevas respuestas y expandir nuestros horizontes.

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