El Secreto de las Estrellas



En lo más alto del cielo, vivían los ángeles, seres luminosos y sabios que cuidaban de la Tierra y de sus habitantes.

Un día, algunos de los ángeles vieron a las hermosas hijas de los hombres y quedaron maravillados por su belleza. - ¡Mira qué hermosas son esas hijas de los hombres! - exclamó Gabriel, señalando a las jóvenes que paseaban por los campos. - Sí, son verdaderamente adorables.

¿No sería maravilloso tener una como compañía? - respondió Ariel, con brillo en sus ojos. Los ángeles comenzaron a idear un plan para descender a la Tierra y escoger esposas entre las hijas de los hombres, desafiando así las reglas celestiales.

Sin embargo, en el corazón del firmamento, una estrella anciana llamada Celestina observaba la situación con preocupación. - Estos ángeles no saben el verdadero tesoro que poseen en el cielo. Sin embargo, no saben que en la Tierra, las personas también tienen su propio brillo y fuerza interior.

Celestina descendió en silencio a la Tierra, dispuesta a enseñar a los ángeles una valiosa lección. Se encontró con Sara, una joven campesina que soñaba con hacer del mundo un lugar mejor.

- ¿Qué te aflige, joven viajera de las estrellas? - preguntó Sara con curiosidad. - Los ángeles han deseado abandonar el cielo por la belleza de las hijas de los hombres, ignorando su propio valor en el firmamento. ¿Qué puedo hacer para detenerlos? - explicó Celestina con tristeza.

- Deberíamos mostrarles que la verdadera belleza no se limita a lo físico, sino que reside en la bondad del corazón y la fortaleza interior.

Juntas, Celestina y Sara emprendieron un viaje para enseñar a los ángeles sobre el verdadero valor de la belleza. Mientras tanto, los ángeles descendieron a la Tierra y comenzaron a cortejar a las hermosas hijas de los hombres.

Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, se dieron cuenta de que la belleza no era suficiente para encontrar la felicidad. - Creo que nos equivocamos al desear algo que no entendemos por completo. ¿Acaso nuestras compañeras celestiales no poseen una belleza única y especial? - reflexionó Gabriel, mirando al cielo nocturno.

Finalmente, Celestina y Sara lograron llegar al corazón de los ángeles y les enseñaron a valorar la belleza interior de las personas.

Los ángeles, con un nuevo entendimiento, retornaron al cielo y prometieron cuidar de las estrellas, reconociendo que su verdadero valor radica en su luz y vibración únicas. Desde entonces, cada vez que los ángeles observaban a las hermosas hijas de los hombres, recordaban el inmenso potencial y brillo que también habitaba en el cielo.

Y así, el secreto de las estrellas iluminó los corazones de aquellos que sabían ver más allá de lo visible.

FIN.

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