El secreto de las notas musicales


Había una vez en un hermoso jardín musical, habitado por notas musicales muy alegres y coloridas. Cada nota tenía su propio sonido único y especial que alegraba a todos los que las escuchaban.

En este jardín vivían Do, Re, Mi, Fa, Sol, La y Si, quienes eran las mejores amigas y siempre estaban dispuestas a enseñar música a los más pequeños.

Un día llegó al jardín una nueva nota llamada Do# (Do sostenido), quien era un poco tímida y se sentía insegura de no encajar con las demás notas. Las amigas la recibieron con alegría y le explicaron que todas las notas eran importantes y que juntas formaban melodías maravillosas.

"¡Hola Do#! ¡Bienvenida al jardín musical! Aquí todos somos diferentes pero nos complementamos para crear música hermosa", dijo Sol con entusiasmo. "Sí, Do#! No importa si eres un poco diferente, lo importante es ser tú misma y disfrutar de la música", agregó Mi con cariño.

Do# se sintió reconfortada por las palabras de sus nuevas amigas y poco a poco fue ganando confianza en sí misma.

Las notas mayores se dedicaron a enseñarle todo lo que sabían sobre ritmo, melodía y armonía, mientras exploraban juntas el mágico mundo de la música. Un día, mientras practicaban una canción para el gran concierto anual del jardín musical, descubrieron que faltaba una nota clave para completarla.

Todas se miraron preocupadas hasta que Do#, recordando algo que le habían enseñado sus amigas sobre ser valiente e innovadora, propuso una solución creativa para resolver el problema. "¡Chicas! ¿Qué les parece si agregamos un silbido al final de la canción? Será algo único e inesperado", sugirió emocionada Do#.

Las demás notas asintieron emocionadas con la idea de Do#, quien dirigió el ensayo final con seguridad y entusiasmo.

El concierto fue todo un éxito y el público quedó maravillado por la originalidad de la interpretación musical de las notas. Desde ese día en adelante, todas las notas del jardín aprendieron a valorar sus diferencias como algo especial que podían compartir entre sí para crear melodías únicas e inolvidables.

Y así continuaron viviendo felices en armonía musical para siempre jamás. Y colorín colorado este cuento musical ha terminado. ¡Que viva la música!

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