El Secreto de las Olas Amigas



Había una vez en un lejano pueblo costero, un grupo de niños curiosos que pasaban sus días jugando en la playa. Les encantaba construir castillos de arena, buscar caracoles y correr por la orilla del mar.

Pero un día, algo extraordinario sucedió: las olas del mar comenzaron a hablar. -¡Hola, niños! -dijo la ola más grande con voz suave y melodiosa. Los niños se quedaron boquiabiertos y no podían creer lo que estaban escuchando.

-¿Estamos soñando? -preguntó Martín, el niño más valiente del grupo. -No, no están soñando -respondió otra ola-. Hemos decidido hablar con ustedes para enseñarles algo muy importante. Los niños se acercaron al borde del agua con asombro y emoción.

Las olas les contaron que estaban preocupadas porque veían mucha basura en la playa y en el mar. Les explicaron que era peligroso para los animales marinos y para el propio ecosistema.

-¡Debemos hacer algo al respecto! -exclamó Sofía, la niña más consciente del grupo. Así que los niños se propusieron limpiar la playa todos los días después de jugar. Recogían botellas de plástico, bolsas y todo tipo de desechos que encontraban.

Las olas del mar estaban felices de ver cómo los niños trabajaban juntos para cuidar su hogar. Un día, mientras limpiaban la playa, encontraron una tortuga atrapada entre redes de pesca abandonadas. Estaba débil y asustada. -¡Tenemos que ayudarla! -dijo Juan, el niño más compasivo del grupo.

Con mucho cuidado, lograron liberar a la tortuga y llevarla al agua. Las olas rodearon a la tortuga herida y le dieron fuerzas para nadar hacia aguas más profundas.

Los niños sintieron una gran alegría al ver cómo ayudar a un ser vivo había marcado la diferencia. A partir de ese día, los niños continuaron protegiendo el medio ambiente junto con las olas del mar.

Aprendieron sobre la importancia de reducir, reutilizar y reciclar los materiales para mantener limpio su entorno natural.

Con el tiempo, las olas volvieron a su silencio habitual pero siempre estuvieron presentes en el corazón de los niños como recordatorio de que cada pequeña acción cuenta cuando se trata de cuidar nuestro planeta Tierra.

FIN.

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