El secreto de los colores del manantial



En una pequeña aldea en la India, donde la naturaleza mostraba sus colores más vibrantes, vivía un grupo de ancianos sabios que se dedicaban a distintos oficios.

Había herreros que forjaban herramientas con cuidado, canasteros que tejían cestas de colores brillantes, teñidores que pintaban telas con los tonos más hermosos, alfareros que moldeaban vasijas en formas caprichosas, y campesinos que cultivaban la tierra con amor y respeto.

Cada uno de ellos poseía un conocimiento especial y, juntos, formaban un vínculo con la naturaleza que les proporcionaba todo lo que necesitaban. Un día, los ancianos descubrieron un hermoso manantial en el corazón de la aldea. El agua brillaba con emociones y colores, reflejando la alegría del pueblo.

Intrigados por esta maravilla natural, decidieron cuidarlo y protegerlo. -Este manantial es un regalo de la naturaleza, debemos cuidarlo como el tesoro que es -dijo el anciano herrero.

Con el tiempo, los sabios ancianos descubrieron que el manantial tenía un poder especial: si se vertía en las vasijas de los alfareros, estas adquirían tonalidades mágicas; si se utilizaba para regar los cultivos, las plantas florecían con colores vivos, y si se empleaba para teñir las telas, estas mostraban tonos nunca antes vistos.

El manantial se convirtió en el corazón de la aldea, y su agua enriquecía la vida de todos quienes vivían allí. Un día, una caravana de flamencos rosados llegó a la aldea, atravesando los cielos con su elegancia.

Los ancianos los recibieron con alegría, y los flamencos, maravillados por la belleza del manantial, decidieron establecerse en sus orillas. Con su presencia, el manantial se llenó de aún más colores y emociones.

La aldea se convirtió en un lugar famoso por la magia de sus artesanías y la exuberancia de su naturaleza. Los viajeros de todo el mundo acudían para ver las maravillas que provenían de la aldea de los ancianos sabios.

Y así, generación tras generación, el conocimiento y el cuidado de la naturaleza se transmitieron, haciendo que el manantial y sus colores sigan siendo un legado eterno.

FIN.

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