El secreto de los Gi
En una tierra antigua y misteriosa, rodeada de montañas escarpadas y bosques oscuros, existía un pequeño pueblo llamado Aravín.
Este lugar, conocido por sus fértiles campos y ríos cristalinos, había prosperado durante siglos gracias a la protección de unos seres colosales: los Gi. Estas majestuosas criaturas, mitad gigantes mitad guardianes, custodiaban el pueblo, velando por su seguridad y fertilidad. Sin embargo, un día, una terrible sequía azotó la región, poniendo en peligro la existencia de Aravín.
Los habitantes, desesperados por la falta de agua, acudieron al consejo de los ancianos. —¿Qué podemos hacer para salvar nuestro hogar? —preguntó una niña llamada Mara.
Los sabios, en silencio, reflexionaron por un largo tiempo hasta que uno de ellos, con voz grave y serena, habló: —Solo hay una solución. Debemos descubrir el antiguo secreto de los Gi. Mara y sus amigos emprendieron entonces un emocionante viaje, en busca de respuestas que les permitieran salvar a su pueblo.
Escalaron montañas nevadas, atravesaron bosques tenebrosos y desafiaron los peligros de la naturaleza. Finalmente, llegaron a una gruta oculta en lo más profundo de las montañas. Allí, encontraron a un anciano Gi, cuya sabiduría era milenaria.
—Oh, sabio Gi, por favor, ayúdanos a salvar Aravín —suplicó Mara. El gigante guardián les habló de la importancia de cuidar la naturaleza, de respetar el equilibrio de la tierra y el agua, y de preservar el legado de sus antepasados.
Con estas enseñanzas, los niños regresaron al pueblo y compartieron las palabras del anciano Gi con todos los habitantes. Juntos, organizaron la siembra de árboles, la limpieza de los ríos y la construcción de un sistema de riego.
Poco a poco, la tierra volvió a florecer, y los ríos retomaron su cauce. Aravín volvió a ser un lugar próspero, donde la sabiduría de los Gi se convertía en un valioso legado para las generaciones futuras.
FIN.