El secreto de Lourdes y la flor del invierno


En un pequeño pueblo rodeado de montañas, vivía una niña llamada Lourdes. Lourdes era una niña curiosa y divertida, a quien le encantaba pasear por el parque cercano a su casa.

Un día de invierno, Lourdes decidió aventurarse en el parque a pesar de la persistente lluvia que caía. Con su impermeable rojo y sus botas de agua, Lourdes se adentró en el parque, saltando en charcos y observando todo a su alrededor.

De repente, vio algo que la dejó asombrada: en medio de la lluvia y el frío, una hermosa flor morada había brotado en medio de un arbusto. Llena de curiosidad, Lourdes se acercó a la flor y se dio cuenta de que parecía necesitar ayuda.

- ¡Pobrecita, estás sola y parece que te estás marchitando en este clima! - exclamó Lourdes. Decidida a ayudar a la flor, Lourdes corrió de vuelta a su casa y tomó un pequeño paraguas, un poco de tierra y una regadera.

Con mucho cuidado, protegió a la flor del frío con el paraguas y le dio un poco de tierra fresca. Lourdes regó la planta con delicadeza, esperando que la flor se recuperara.

Día tras día, Lourdes visitaba la flor en el parque, protegiéndola de la lluvia y el frío, y regándola con amor. Lentamente, la flor comenzó a recuperarse y sus pétalos volvieron a lucir hermosos.

La gente del pueblo se sorprendía al ver la flor del invierno y empezaron a llamar a Lourdes 'la niña del milagro'. Lourdes se sentía muy orgullosa de lo que había logrado. Con su dedicación y amor, la flor había sobrevivido al invierno.

La historia de la valiente niña y la flor del invierno se convirtió en un ejemplo de cómo el cuidado y la determinación pueden traer belleza y alegría en los momentos más inesperados. Desde entonces, Lourdes siguió cuidando el parque y su entorno, sembrando más flores y ayudando a mantenerlo limpio.

Su amor por la naturaleza y su espíritu generoso inspiraron a otros a unirse a ella en la conservación del parque, convirtiéndolo en un lugar aún más hermoso y lleno de vida.

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