El secreto de Pepito Pérez


Había una vez en un pequeño pueblo, un niño llamado Pepito Pérez. Pepito no le gustaba hacer las tareas ni ir a la escuela, se portaba mal en clase y no le prestaba atención a su maestra Anita.

Un día, la maestra Anita decidió hablar con él. '-Pepito, sé que no te gusta la escuela, pero es muy importante para tu futuro. Quiero ayudarte, pero necesito que pongas de tu parte también.

¿Qué te parece si encontramos juntos una manera para que te sientas motivado y feliz en la escuela?' Pepito no sabía qué responder, pero la maestra Anita le propuso un juego: cada día Pepito tendría que contar algo nuevo que había aprendido y que le había gustado.

Pepito aceptó el reto. Los días pasaron y Pepito empezó a prestar atención en clase, a hacer las tareas y a disfrutar aprendiendo cosas nuevas. La maestra Anita lo felicitaba y él se sentía orgulloso de sí mismo.

Una tarde, Pepito descubrió algo mágico: disfrutaba aprendiendo y era capaz de entender cosas que antes le parecían difíciles. Eso lo motivó a esforzarse más, y poco a poco, sus calificaciones mejoraron.

¡La sorpresa fue cuando Pepito descubrió que le gustaba tanto aprender que quería seguir estudiando! Esa tarde, Pepito le dijo a la maestra Anita: '-Gracias por no rendirte conmigo, maestra. Ahora sé que puedo ser un niño responsable y educado, y algún día un gran ciudadano.

Solo necesitaba descubrirlo por mí mismo.' La maestra Anita sonrió y le dio un abrazo. Desde ese día, Pepito se convirtió en un ejemplo para sus compañeros, demostrando que con esfuerzo y dedicación, cualquier obstáculo se puede superar.

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