El secreto del algodón
En un hermoso campo verde, vivían dos amigos muy curiosos: Martina la mariposa y Mateo el ratón.
Un día, mientras jugaban cerca de un gran arbusto de algodón, Martina le preguntó a Mateo:- ¿Sabes para qué sirve esta planta tan esponjosa y blanca? Mateo, rascándose la cabeza con su pequeña patita respondió:- ¡No tengo idea! Pero escuché a mi abuelita decir que es muy importante. Intrigados por descubrir más sobre la planta de algodón, decidieron investigar.
Se acercaron al arbusto y observaron cómo las flores blancas se transformaban en bolitas peludas.
- ¡Qué curioso! - exclamó Martina - ¡Parecen bolitas de nieve! De repente, una brisa suave sopló y algunas bolitas se desprendieron del arbusto y volaron por el aire. - ¡Mira, Mateo! - gritó emocionada Martina - ¡Las semillas del algodón pueden volar como nosotras! Decididos a aprender más sobre el algodón, los amigos emprendieron un viaje por el campo en busca de respuestas.
En su camino encontraron a Don Conejo, un sabio animalito que conocía todos los secretos de la naturaleza. - Buenos días, Don Conejo - saludaron Martina y Mateo al llegar junto a él.
Don Conejo levantó la vista de sus libros y les sonrió amablemente.
- ¿En qué puedo ayudarlos hoy, queridos amigos? Martina tomó coraje y preguntó:- ¿Por qué es tan importante la planta de algodón? Don Conejo explicó pacientemente:- El algodón es una planta muy especial que nos regala muchas cosas útiles. Con sus fibras podemos hacer telas suaves para ropa y sábanas calentitas. También se utiliza para fabricar vendas en caso de heridas o almohadas mullidas para dormir.
Los ojos de Martina y Mateo brillaban con asombro ante tanta información interesante. - ¡Qué maravilla! - exclamaron al unísono. Agradecidos por todo lo aprendido, los amigos regresaron al arbusto de algodón con un nuevo aprecio por esta planta tan valiosa.
Decidieron cuidarlo juntos para que siguiera creciendo fuerte y sano. Desde ese día, Martina la mariposa y Mateo el ratón contaban a todos sus amigos animales sobre la importancia del algodón en nuestras vidas.
Y así, compartiendo conocimiento e inspirando a otros a valorar la naturaleza, vivieron felices explorando juntos los secretos del mundo natural. Y colorín colorado este cuento ha terminado pero recuerda siempre cuidar las plantas como el algodon porque nos dan mucho amoroso material para utilizar.
FIN.