El Secreto del Aprendiz de Mago



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Mágica, un niño llamado Gonzalo que soñaba con convertirse en un gran mago.

Desde muy chico, Gonzalo quedaba maravillado viendo los trucos de magia que realizaban los artistas callejeros en la plaza del pueblo. Un día, mientras paseaba por el mercado, vio a un anciano mago haciendo increíbles trucos con sus cartas y conejos.

Gonzalo se acercó emocionado y le preguntó al anciano si podía enseñarle algunos de esos trucos. El viejo mago sonrió y le dijo:"¡Claro que sí, joven Gonzalo! Pero debes saber que la verdadera magia viene del corazón y la dedicación".

Gonzalo asintió emocionado y comenzó a aprender todos los secretos de la magia con el anciano. Día tras día practicaba sin descanso, perfeccionando cada movimiento y hechizo. Un mes después, el anciano mago le dijo a Gonzalo que estaba listo para su primera presentación en público.

Gonzalo estaba nervioso pero emocionado por mostrar todo lo que había aprendido. La noche de la presentación llegó y la plaza del pueblo estaba llena de gente curiosa por ver al joven aprendiz de mago en acción.

Con paso firme, Gonzalo subió al escenario y empezó a realizar sus trucos. "¡Y ahora, queridos espectadores, les mostraré el asombroso truco de las cartas flotantes!", anunció Gonzalo con seguridad.

Concentrado en su actuación, movió sus manos con destreza e hizo levitar las cartas ante los ojos sorprendidos del público. Todos aplaudieron maravillados por su habilidad. Pero justo cuando iba a hacer aparecer una paloma blanca como gran final, sintió un nudo en la garganta. La paloma no aparecía por más que intentara concentrarse.

El anciano mago desde atrás del escenario le recordó: "Recuerda, Gonzalo, la verdadera magia viene del corazón". Entonces Gonzalo cerró los ojos y pensó en toda la pasión y dedicación que había puesto en cada ensayo.

Al abrirlos lentamente, vio cómo la paloma blanca aparecía entre sus manos provocando exclamaciones de asombro entre el público. Desde ese día, Gonzalo se convirtió en el nuevo héroe de Villa Mágica.

Su historia se difundió por todo el pueblo y muchos niños lo admiraban como el mejor mago que habían visto jamás. Gonzalo comprendió entonces que la verdadera magia no solo radicaba en los trucos espectaculares sino también en creer en uno mismo y nunca rendirse ante los desafíos.

Y así siguió encantando a grandes y chicos con su arte mágico durante muchos años más.

FIN.

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