El secreto del árbol de manzanas



Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de campos verdes y animales cantarines, una abuelita muy especial. Todos la conocían como "la abuelita del campo" porque vivía en una acogedora casita rodeada de flores y árboles frutales.

Un día, la abuelita decidió enseñarle a sus nietos, Juancito y Martina, una lección muy importante.

Los reunió en su jardín y les dijo: "Queridos niños, hoy les voy a enseñar que la paciencia y el trabajo duro son clave para lograr nuestros sueños". - ¿Y cómo haremos eso, abuelita? -preguntó curioso Juancito. La abuelita sonrió y les contó sobre un viejo árbol de manzanas que tenía en el fondo del jardín.

Les explicó que si lo cuidaban con amor y dedicación, pronto daría los frutos más dulces que jamás habían probado. Los días pasaron y los niños siguieron al pie de la letra los consejos de su abuelita.

Regaban el árbol todos los días, le quitaban las malas hierbas y lo protegían de plagas. A medida que pasaba el tiempo, el árbol empezó a crecer fuerte y saludable. Un día, mientras estaban jugando en el jardín, escucharon un ruido extraño.

Se acercaron al árbol de manzanas ¡y vieron algo increíble! Estaba lleno de hermosas manzanas rojas y brillantes. - ¡Abuelita! ¡Mira cuántas manzanas tiene nuestro árbol! -gritó emocionada Martina. La abuela se acercó con una gran sonrisa en su rostro.

Estaba orgullosa de sus nietos por haber sido pacientes y dedicados. Les dijo: "Venimos cosechando lo sembrado con amor y esfuerzo. Así es como se logran las cosas maravillosas en la vida".

Esa tarde, organizaron una gran merienda con las deliciosas manzanas del árbol. Invitaron a todos los vecinos del pueblo a compartir ese momento especial. La abuela les contó la historia detrás de las sabrosas frutas y todos aplaudieron la lección tan valiosa que los niños habían aprendido.

Desde ese día, Juancito y Martina entendieron que con paciencia, trabajo duro y amor todo era posible. Siempre recordarían las palabras sabias de su querida abuelita del campo: "Cultiva tus sueños como cultivas un jardín; con cariño, constancia y fe".

Y así vivieron felices para siempre cosechando éxitos gracias a las enseñanzas de aquella entrañable abuela.

FIN.

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