El secreto del árbol mágico
Había una vez dos amigos muy diferentes entre sí: Lucas, un niño con una imaginación desbordante, y Martín, un niño de mente realista. A pesar de sus diferencias, eran inseparables y juntos vivían increíbles aventuras.
Un día, mientras paseaban por el parque, Lucas se detuvo frente a un árbol grande y frondoso.
Su imaginación voló tan alto como las hojas de los árboles cuando dijo: "¡Martín! ¿No te parece que este árbol es en realidad la entrada a un mundo mágico?"Martín lo miró con escepticismo y respondió: "Lucas, no seas ridículo. Los árboles son solo eso, árboles. No hay mundos mágicos".
Pero Lucas no se dejó desanimar por la falta de entusiasmo de su amigo y decidió explorar el supuesto mundo mágico por sí mismo. Sin pensarlo dos veces, atravesó el tronco del árbol como si fuera una puerta invisible.
Al otro lado del tronco se encontraba un hermoso bosque lleno de criaturas fantásticas y coloridas flores gigantes. Lucas estaba maravillado con todo lo que veía y comenzó a explorar cada rincón. Mientras tanto, Martín esperaba pacientemente al otro lado del tronco.
Pasaron unos minutos interminables hasta que finalmente apareció Lucas con los ojos brillando de emoción. "¡Martín! ¡Tienes que venir a ver esto! Hay hadas bailando entre las flores y unicornios corriendo por ahí", exclamó emocionado.
Martín, aunque escéptico, decidió darle una oportunidad a la imaginación de su amigo y cruzó el tronco del árbol. Para su sorpresa, se encontró en un mundo mágico lleno de maravillas. Juntos, Lucas y Martín vivieron muchas aventuras en ese mundo mágico.
Con la imaginación de Lucas y la mentalidad realista de Martín, lograron resolver problemas difíciles y ayudar a los habitantes del bosque. Un día, mientras caminaban por el bosque encantado, se encontraron con una puerta antigua cubierta de polvo.
Lucas estaba emocionado por descubrir qué había detrás de ella y sugirió abrirlo. Martín, pensando con lógica como siempre, advirtió: "Lucas, no sabemos qué hay detrás de esa puerta. Podría ser peligroso". Pero Lucas ya había abierto la puerta antes de que Martín pudiera terminar su frase.
Al abrirla, se encontraron con un tesoro brillante y resplandeciente que iluminaba todo el lugar. Ambos quedaron impresionados por lo que veían frente a ellos.
Sin embargo, al acercarse al tesoro notaron algo extraño: cada vez que intentaban tomarlo desaparecía entre sus dedos. Después de varios intentos fallidos para agarrar el tesoro brillante, Martín tuvo una idea. —"Lucas" , dijo señalando hacia un espejo cercano. "Creo que este tesoro solo puede ser visto pero no tocado".
Lucas asintió emocionado ante esta nueva teoría y juntos observaron el reflejo del tesoro en el espejo. Aunque no pudieron llevárselo, estaban felices de haber encontrado algo tan hermoso y misterioso.
Con el tiempo, Lucas y Martín regresaron al mundo real con sus corazones llenos de recuerdos inolvidables. Aprendieron que la imaginación y la realidad pueden coexistir de manera armoniosa. Lucas aprendió que su imaginación podía llevarlo a lugares maravillosos, pero también necesitaba del pensamiento lógico de Martín para encontrar soluciones prácticas.
Por otro lado, Martín descubrió que había belleza en lo desconocido y que a veces era necesario abrirse a nuevas posibilidades.
Y así, estos dos amigos continuaron viviendo aventuras juntos, combinando la imaginación con la mentalidad realista para enfrentar cualquier desafío que se les presentara en el camino.
FIN.