El secreto del árbol mágico



donde cultivaban flores de todos los colores. Un día, Agustín se despertó con una idea emocionante en su mente. "¡Mamá, papá! ¡Hoy quiero hacer algo diferente en el jardín!", exclamó Agustín con entusiasmo.

Su mamá lo miró con cariño y le preguntó: "¿Qué tienes pensado hacer, Agustín?""Quiero plantar un árbol nuevo", respondió el niño con una sonrisa radiante.

Su papá asintió y dijo: "¡Esa es una excelente idea, Agustín! Vamos a la tienda de jardinería a comprar la planta que más te guste. "Agustín estaba emocionado mientras recorrían la tienda buscando el árbol perfecto. Finalmente, encontraron un pequeño ARBOLITO de manzanas rojas y verdes que brillaban bajo el sol.

"¡Este es el indicado!", exclamó Agustín emocionado. De vuelta en casa, Agustín ayudó a su papá a cavar un hoyo en el jardín para plantar el árbolito. Con cuidado, colocaron la planta en su nuevo hogar y la cubrieron con tierra fresca.

"Ahora debemos regarlo todos los días y cuidarlo como si fuera parte de nuestra familia", explicó su mamá con ternura. Los días pasaron y Agustín observaba cómo su árbol crecía lentamente.

Lo regaba todas las mañanas antes de ir a jugar al bosque o explorar nuevos rincones del jardín. Se sentía feliz viendo cómo sus acciones tenían un impacto positivo en la naturaleza que lo rodeaba. Un día, mientras jugaba cerca del árbolito, escuchó un ruido extraño proveniente de las ramas.

Al acercarse, descubrió que había nido de pajaritos entre las hojas del árbol. Los pichones piaban felices al verlo llegar. "¡Mira mamá, papá! ¡Tenemos nuevos amigos en nuestro árbol!", gritó Agustín lleno de emoción.

Sus padres se acercaron sorprendidos y admiraron la belleza del nido entre las ramas del árbol que habían plantado juntos.

Estaban orgullosos de cómo algo tan simple como sembrar una planta podía traer tanta alegría a sus vidas y al ecosistema que los rodeaba. Desde ese día, Agustín aprendió una valiosa lección: cada acción por pequeña que parezca puede tener un impacto significativo en el mundo que nos rodea.

Y así continuó cuidando no solo su árbol sino también todo lo bello que habitaba en aquel mágico bosque donde vivía feliz junto a su familia.

FIN.

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