El Secreto del Arcoíris



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Colores, donde los días eran siempre soleados y las flores nunca dejaban de brillar. En este lugar mágico, vivía una niña llamada Lía, que amaba pintar. Su mayor sueño era captar la belleza del arcoíris, ese puente de colores que aparecía después de la lluvia.

Un día, tras un aguacero, Lía salió corriendo al patio con sus pinceles y un lienzo. Miró al cielo y vio el más hermoso arcoíris que jamás había visto. Pero había algo diferente en él: no sólo era brillante y colorido, sino que parecía temblar de emoción.

"¡Qué lindo arcoíris!" -exclamó Lía emocionada.

De repente, el arcoíris comenzó a hablar. "Hola, Lía. Soy Arcoíris, y he venido a contarte un secreto."

"¡No puede ser! ¿Un arcoíris que habla?" -respondió Lía con asombro.

"Claro que sí. Pero no soy solo un arcoíris. Soy el guardián de los colores. He observado que en tu pueblo todos se olvidaron de cómo jugar y compartir. Me entristece ver que la alegría se pierde."

Lía, con su corazón lleno de empatía, decidió ayudar. "¿Qué puedo hacer, Arcoíris?"

"Necesito que reúnas a los niños del pueblo y hagas una gran fiesta de colores. Así les mostrarás la importancia de la amistad y la alegría. Pero ten cuidado, algunos colores están tristes porque no se han usado."

Con determinación, Lía se fue a buscar a sus amigos. Al principio, algunos eran escépticos. "No sé si es buena idea, Lía. ¿Por qué deberíamos hacer una fiesta?" -dijo Tomi, uno de sus amigos.

"Porque el arcoíris lo necesita, y podemos pasar un buen rato juntos. ¡Hagamos algo divertido!" -respondió Lía.

Poco a poco, el entusiasmo creció, y se organizó la fiesta. Prepararon juegos, pintaron sus camisetas con diferentes colores y compartieron muchas risas. Lía sintió que la tristeza de los colores comenzaba a desvanecerse. Pero algo inesperado ocurrió: al rato, una nube oscura apareció sobre el pueblo.

"¿Qué es eso?" -preguntó Lía, al ver que la nube se acercaba.

La nube habló con voz grave: "Soy Nublina y estoy aquí para llevarme los colores del festival. No quiero que se diviertan."

Arcoíris, que estaba observando desde el cielo, se sintió preocupado. "¡No te preocupes, Lía! La clave está en que todos los niños se unan. Juntos, podrán ahuyentar a Nublina."

Lía pensó rápidamente: "¡Chicos, necesitamos unirnos! Vamos a pintarle un arcoíris a Nublina. Quizás así pueda sonreír como nosotros."

Los niños, inspirados por la idea de Lía, comenzaron a pintar un gran mural de colores. Mientras pintaban, comenzaron a cantar y a bailar. Nublina, al ver la alegría y los colores vibrantes, se sintió confundida. "¿Qué están haciendo?" -preguntó.

"Estamos creando un arcoíris para ti. Para mostrarte que la alegría se comparte y es más hermosa cuando está en compañía. ¿No quieres venir a jugar con nosotros?" -le dijo Lía.

Nublina, sorprendida, empezó a titilar. Al final, sus bordes comenzaron a sonreír y se desvaneció en una espesa lluvia de confeti. "No sabía que podía ser tan divertido. ¡Me uniré a ustedes!" -gritó Nublina, transformándose en una nube blanca y suave, lista para jugar.

Claro, Arcoíris brilló con más intensidad que nunca. "¡Lo hiciste! Juntos, han creado un nuevo recuerdo. Ahora el pueblo siempre recordará la importancia de la amistad y la alegría. Jamás olvides usar los colores de tu corazón."

Desde entonces, la pequeña Lía y sus amigos jugaron, rieron y compartieron colores. Y cada vez que veían un arcoíris, sabían que si unían sus corazones, podrían superar cualquier nube oscura. Y así, pueblo de Colores nunca dejó de brillar.

Y cada vez que se formaba un arcoíris, Lía se aseguraba de que todos recordaran el secreto que les había enseñado Arcoíris: la amistad y la alegría son los colores más hermosos de todos.

FIN.

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