El secreto del arroyo brillante



En el barrio Marsella 3, los niños solían jugar junto al arroyo que serpenteaba entre las casas. Un día, mientras Silvia y Joaquín jugaban a buscar piedras de colores, notaron que el agua ya no brillaba como solía.

"¿Por qué el arroyo está tan sucio?" - preguntó Silvia, frunciendo el ceño. Joaquín se encogió de hombros, "Tal vez alguien lo contaminó. Necesitamos hacer algo para ayudar al agua." Los amigos decidieron investigar.

Con ayuda de un libro sobre la naturaleza y su amor por su barrio, comenzaron a tomar notas sobre lo que encontraban. Recolectaron plásticos, botellas y hasta algunos juguetes que ya no servían.

Juntos, pensaron en un plan para limpiar lo que pudieran y compartirlo con otros niños del barrio.

Al día siguiente, Silvia y Joaquín invitaron a todos sus amigos a una "Gran jornada de limpieza del arroyo".

Con guantes y bolsas en mano, se pusieron a trabajar, cantando canciones sobre la importancia de cuidar la naturaleza. Al final del día, el arroyo volvió a brillar bajo el sol, y los niños se miraron satisfechos. "Mirá, así es como se cuida el agua" - dijo Joaquín, sonriendo.

"Si todos colaboramos, podemos hacer que Marsella 3 sea un lugar más limpio" - agregó Silvia, emocionada. Desde aquel día, los vecinos comenzaron a cuidar más el arroyo, y los niños se convirtieron en los guardianes del agua, recordando siempre que juntos podían lograr maravillas.

FIN.

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