El secreto del bosque encantado

En lo más profundo del bosque encantado, vivía la bruja sinquerer, famosa por sus hechizos desastrosos. Un día, mientras buscaba ingredientes mágicos, se topó con un duende travieso llamado Tizón.

Sin querer, un extraño conjuro los unió, y para sorpresa de ambos, pronto descubrieron que iban a ser padres. La noticia desconcertó a la bruja y al duende, quienes decidieron enfrentar juntos la inesperada situación.

Durante nueve lunas, la bruja y el duende se prepararon para la llegada del bebé, aprendiendo a colaborar y a comprenderse mutuamente. Finalmente, nació un niño muy especial, con chispeantes ojos verdes y diminutas alas en la espalda. La pareja decidió llamarlo Froilán.

A medida que Froilán crecía, descubrió que poseía tanto la magia curativa de su madre como la habilidad para encontrar tesoros ocultos de su padre.

Con el tiempo, el bosque encantado floreció gracias a Froilán, quien utilizaba su magia para sanar a las criaturas heridas y ayudar a los duendes a encontrar objetos perdidos. Froilán demostró que ser diferente era algo maravilloso y que la verdadera magia residía en el amor, la aceptación y la colaboración.

La bruja sinquerer y el duende Tizón aprendieron a no juzgar a los demás por su apariencia, y se convirtieron en modelos de apoyo y comprensión en el bosque. Juntos, demostraron que la diversidad y la unión hacen que el mundo sea un lugar más mágico y maravilloso.