El secreto del bosque encantado
Había una vez una niña llamada Avril, que era muy especial. Tenía la piel blanca como la nieve, ojos grises brillantes y cabello rubio oscuro como los rayos de sol.
Pero lo más curioso de todo es que no tenía papá. Avril vivía con su mamá, quien la amaba profundamente y siempre había deseado tener una hija como ella.
Un día, mientras Avril jugaba en el jardín con su muñeca favorita, miró a su mamá y preguntó: "Mamá, ¿de dónde vengo? ¿Por qué no tengo papá?" La mamá se sorprendió por la pregunta y no sabía cómo explicarlo. Pero era importante para Avril entender sus orígenes.
La mamá pensó por un momento y decidió llevar a Avril a un hermoso lugar llamado "El Bosque Mágico". En ese bosque habitaban criaturas mágicas que conocían todos los secretos del mundo. Juntas se adentraron en el bosque hasta llegar al árbol más antiguo y sabio.
Avril se acercó al árbol y le preguntó: "Árbol Sabio, ¿puedes ayudarme a descubrir de dónde vengo?" El árbol sonrió gentilmente y respondió: "Claro que puedo ayudarte, pequeña Avril. Tú eres fruto del amor más puro".
Confundida pero intrigada, Avril miró a su madre esperando alguna explicación. La mamá tomó su mano con ternura y dijo: "Mi querida hija, tú fuiste concebida gracias a un proceso llamado donación de óvulos.
Una mujer muy generosa y amorosa decidió regalarnos un óvulo para que yo pudiera ser tu mamá". Avril asimiló la información y preguntó: "¿Y qué pasó con el papá?".
La mamá le explicó que no tenía un papá biológico, pero que ella había decidido ser madre soltera porque su mayor deseo era tener una hija como Avril. El árbol sabio interrumpió diciendo: "Aunque no tengas un papá biológico, tienes todo el amor de tu mamá y eso es lo más importante.
El amor puede venir de diferentes formas y tamaños". Avril sonrió al escuchar eso. Aprendió que la familia no se trata solo de compartir genes, sino de compartir amor y estar juntos en los momentos felices y tristes.
Desde ese día, Avril entendió su origen especial y se sintió agradecida por el amor incondicional de su mamá. Juntas crearon nuevos recuerdos, compartieron risas y aventuras en El Bosque Mágico.
Y así, Avril descubrió que la magia no solo está en los cuentos de hadas, sino también dentro de cada uno de nosotros. Descubrió que su historia era única y hermosa, llena de amor y valentía.
Y desde aquel día, Avril supo que siempre tendría una familia especial junto a su mamá en donde el amor brillaría más fuerte que cualquier otra cosa.
FIN.