El secreto del bosque encantado



Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de un frondoso bosque, una niña llamada Marina, quien vivía junto a su abuela en una acogedora cabaña.

Marina adoraba pasar tiempo en la naturaleza, observando a los animales y disfrutando de la tranquilidad del bosque. Un día, su abuela le pidió que llevara una canasta con deliciosas frutas al otro extremo del bosque, donde vivía su mejor amiga, la bruja Amalia.

Marina, emocionada por la travesía, tomó la canasta y se aventuró en el camino. Mientras caminaba entre los árboles, escuchó un suave murmullo y, para su sorpresa, apareció un zorro plateado. El zorro le habló con amabilidad: "Hola, Marina, ¿adónde te diriges con tanta prisa?".

"Voy a llevar estas frutas a la casa de la bruja Amalia", respondió Marina con asombro. El zorro le advirtió: "Ten cuidado en el bosque, Marina, hay muchas sorpresas y peligros que acechan entre los árboles".

Intrigada, la niña agradeció al zorro y siguió su camino. Finalmente, llegó a la cabaña de Amalia, quien la recibió efusivamente. Mientras disfrutaban de las frutas, Amalia le habló a Marina sobre la importancia de cuidar y respetar a los animales y la naturaleza.

En ese momento, un conejo blanco apareció en la ventana y les contó sobre un secreto que el bosque guardaba.

El conejo les dijo que en el corazón del bosque encantado había un lago milagroso que otorgaba sabiduría a quienes lo visitaban, pero que su acceso estaba protegido por un guardián misterioso. Marina y Amalia, emocionadas por la revelación, decidieron emprender la búsqueda del lago.

Mientras exploraban el bosque, se encontraron con una familia de ciervos que les ofreció guiarlas por el sendero oculto que llevaba al lago. Después de un largo trecho, finalmente alcanzaron el hermoso lago resplandeciente.

En ese momento, un elegante búho blanco descendió del cielo y les dijo: "Para acceder al conocimiento del lago, deben resolver un enigma sobre el equilibrio de la naturaleza". Marina y Amalia reflexionaron y llegaron a la respuesta correcta: el equilibrio de la naturaleza depende de la armonía entre todos los seres vivos.

De repente, el lago emanó una luz brillante y les concedió a Marina y Amalia la sabiduría para cuidar y preservar la naturaleza. Felices, regresaron a la cabaña, portadoras del valioso conocimiento.

Desde ese día, Marina se convirtió en la protectora del bosque encantado, compartiendo sus enseñanzas sobre la importancia de respetar a los animales y cuidar el medio ambiente con todos los habitantes del pueblo. Y el bosque, agradecido, les regaló su eterna belleza y armonía.

FIN.

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