El secreto del bosque tranquilo



Título: El árbol paciente Había una vez en un hermoso bosque, un árbol muy especial llamado Benjamín. Benjamín era conocido por su increíble paciencia y sabiduría.

Todos los animales del bosque acudían a él en busca de consejo y consuelo. Un día, una ardilla llamada Anita se acercó a Benjamín con mucha prisa y le dijo: "¡Benjamín, necesito encontrar comida rápido o me moriré de hambre!".

Benjamín sonrió con calma y le respondió: "Tranquila Anita, todo llega a su tiempo. Si tienes paciencia, encontrarás lo que buscas". Anita no entendía cómo la paciencia podía ayudarla en ese momento de urgencia, pero decidió confiar en las palabras de Benjamín.

Se sentó junto al árbol y esperó con paciencia. Poco después, vio cómo unas nueces caían del árbol justo frente a ella. "¡Mira Anita! La comida ha llegado a ti cuando menos lo esperabas", dijo Benjamín con una sonrisa.

Anita aprendió entonces el valor de la paciencia y desde ese día se volvió más tranquila y confiada. Tiempo después, un búho llamado Óscar se acercó a Benjamín angustiado porque no podía volar como sus amigos búhos.

"Benjamín, ¿por qué yo soy diferente? ¡Quisiera ser como los demás!" exclamaba Óscar con tristeza. Benjamín escuchaba atentamente y le dijo: "Óscar, cada uno tiene su propio ritmo y sus propias habilidades. No te compares con los demás.

Sé paciente contigo mismo y descubrirás tus propias fortalezas". Óscar reflexionó sobre las palabras del sabio árbol y decidió practicar la paciencia. Con el tiempo, descubrió que tenía un don especial para la observación nocturna gracias a su aguda visión.

Así, poco a poco todos los habitantes del bosque fueron aprendiendo la importancia de ser pacientes en diferentes situaciones de sus vidas.

Una tarde soleada, una mamá ciervo preocupada fue hasta donde estaba Benjamín con su cría detrás de ella llorando desconsoladamente por no poder correr tan rápido como los demás ciervos jóvenes.

"Benjamin," sollozaba la mamá ciervo mientras miraba compasiva hacia su cría,"¿cómo puedo enseñarle que es valioso tener paciencia?"El anciano árbol sonrió amorosamente e invitó a madre e hijo debajo de su sombra protectora:"La clave está en aprender juntos," comenzó Benjamin con voz pausada,"Cada paso cuenta aunque sea pequeño; cada intento vale oro aunque parezca débil.

"Y así madre e hijo pasaron largas tardes jugando entre las hojas doradas del otoño mientras el pequeño ciervo iba ganando fuerza para correr al ritmo que marcara su corazón sin compararse jamás al vuelo veloz o al salto alto de nadie más.

Desde aquel día, todos comprendieron que la paciencia era un tesoro invaluable que les permitiría crecer, aprender y superar cualquier obstáculo que se presentara en sus vidas. Y colorin colorado... este cuento sobre el valor de la paciencia ha terminado.

[Adjunto imagen final: Un dibujo mágico representando al sabio árbol Benjamin rodeado por Anita la ardilla reagarrando nueces bajo el sol brillante; Oscar el búho admirando extasiado las estrellas fugaces durante la noche estrellada; Y madre e hijo ciervos compartiendo risas cálidas bajo una luna llena radiante. ]

FIN.

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